56 días después el Real Valladolid se reencontraba con el fútbol de competición y con el Estadio José Zorrilla. Tras la despedida de la temporada 2019/2020 con la victoria (2-0) ante el Real Betis, la visita de la Real Sociedad suponía el estreno de la edición de la temporada 2020/2021 de LaLiga Santander.
Se trata de un regreso esperado pero, también, una vuelta condicionada. Tras escuchar a Sergio González en la previa del duelo y sabiendo que el equipo no estaba al 100%, el análisis quedaba condicionado. Conociendo que el equipo no podría expresarse en toda su plenitud y que en el banquillo aún faltan jugadores relevantes para el once y la rotación, el duelo debe tener un análisis superficial, en lo negativo y en lo positivo.
Tras 45 primeros minutos de enorme expectación y grandes detalles futbolísticos, un error de Jordi Masip cambió la tendencia del encuentro y llevó a que el Real Valladolid terminara por no ganar un encuentro que tenía controlado hasta que el portero hizo que el equipo dudase de su juego y volviese a la dinámicas de la pasada temporada. En esquema, ideas y tozudez.
Llegados al descanso del encuentro la sensación era muy positiva, todo lo contrario de cómo terminó el duelo y cómo se mostró el equipo de Sergio González tras el error de Jordi Masip en el empate de Roberto López. Hasta ese momento, el Real Valladolid fue una versión mejorada de lo que había mostrado en los dos últimos años.
Con sus ideas y su filosofía intocables, el bando local tuvo un crecimiento ilustrativo, significativo y elocuente en lo que al juego se refiere. El Real Valladolid quería gran parte de lo mismo pero lo buscaba con un estilo diferente. Como bien ha explicado José Luis Mendilibar en muchos momentos, tener un central lento no quiere decir que no puedas tener la línea adelantada, por ejemplo.
De la misma forma que contar con Iván Ramis, en ese caso, no hace que la SD Eibar varíe su idea, tener uno de los presupuestos más bajos de la categoría no debe hacer que el Real Valladolid no sea atrevido. Cambiando la propuesta de cómo presionar, los blanquivioleta mostraron una gran imagen.
Sumándole al estilo mostrado el gol de Míchel Herrero tras una gran jugada de Sergi Gauardiola, el duelo iba a un camino ilusionante porque los pucelanos parecían tenerlo controlado. Sabiendo correr, robando en campo rival, encontrando a Fabián Orellana, aumentando el ritmo de juego y teniendo más verticalidad, el duelo era local hasta que Jordi Masip dio alas al rival.
Con un error impropio, el portero blanquivioleta regaló el empate y cambió la tendencia. Sumándole la realidad innegable de que el equipo no está al 100% de sus cualidades y estado, al Real Valladolid, nuevamente, se le hizo el partido muy largo.
Sin saber construir y con problemas para responder a la realidad que se iba encontrando en el duelo, Sergio se vio obligado a dar aire fresco y decidió que fuera a las tres líneas más ofensivas. Kike Pérez en el centro del campo, Pablo Hervías en la línea de enganche y Shon Weissman en la referencia buscaron recuperar la tendencia, pero ya era imposible.
Se quiso dar una nuevo ritmo al partido reactivando desde el ataque cuando la tendencia, quizás, debía ser diferente. El Real Valladolid no necesitaba liderar desde arriba sino tener fluidez en la construcción para volver a la dinámica de los primeros 45 o, incluso, 60 minutos.
Queriendo el cambio, Sergio González no supo muy bien cómo buscarlo. Sin aprovechar los cinco cambios y sin fortalecer el juego entre líneas e imponiendo un esquema con dos puntas, el Real Valladolid se obcecó en ideas y planteamientos del pasado al no darse cuenta que en el banquillo tenía más activos de los utilizados y más válidos que los usados para recuperar el camino perdido tras casi una hora de juego ilusionante.
Marcado el duelo por el grosero error de Jordi Masip, que rompió el duelo, el Real Valladolid deja un regreso a la competición agridulce que se debe centrar en la evolución futbolística que el equipo hizo en los primeros 60 minutos, los mejores, muy posiblemente, desde el regreso del equipo a LaLiga Santander.
EN LA VIDA MISMA EXISTEN PERSONAS POSITIVAS Y NEGATIVAS IGUAL QUE EL BLANCO NEGRO.HAY DE TODO EN LA VIÑA DEL SEÑOR,MENOS VINO PARA LOS POBRES.LOS RICOS SON LOS QUE TIENEN LOS VIÑEDOS Y DECIDEN COMO REPARTIR EL VINO Y A QUIEN,CUANDO Y CUANTO TE DOY.SALVO SI VAS AL VIÑEDO DE ELLOS A COGER UN RACIMO DE UVAS Y TE PILLAN.TE SACAN UN OJO DE LA CARA Y DEPENDE DE QUIEN TE COJA,TE PUEDE CAER UNA PALIZA ANTES DE LLEVARTE AL CUARTELILLO.UNA VEZ ALLÍ,SE TE CAE EL PELO¿COMO SE TE OCURRE ROBARLE A DON FULANO?.TENIA HAMBRE ME PILLABA A MANO Y LO COJÍ.¡LLAMAR A FULANIT.O HABER QUE HACEMOS CON EL! DE MOMENTO SI TE DEJAN A LLAMAR UN ABOGADO DE OFICIO Y .
Vamos a ver, que queréis que salga Luis Pérez que está aquí porque le quiso hace tres años y le dijo a Gómez que no? Le he seguido desde entonces y no vale, es mucho mejor Moyano, creéis que Roberto es un porterazo, pues no y también canta y bastante, siempre nos pasa lo mismo y te queda mal sabor de boca de la alegría de poder ganar se pasa a estropear todo el partido por fallos propios, una y otra vez y otra, no te puedes hechar atrás y más con un equipo tan flojo como ayer la real, en cuanto Michel se le ve cansado hay que sacar a kike o trae algo, básicamente tenemos peor equipo este año que el pasado,
El problema es Sergio. Sacar hoy a Moyano y Michel, es una provocación, al sentido común y por supuesto a la afición. No conseguir algo mejor en el lateral y en la creación, es para cesar al sevillano. Es lo que hay más de lo mismo, previsibles y limitados.
Este hombre es muy tozudo y tropezará mil veces con la misma piedra
Roberto no te hagas ilusiones , masip es intocable para sergio , conformate con algun partido de copa