Este domingo, el Estadio Abanca-Balaídos acogerá el encuentro de la jornada 25 entre el RC Celta de Vigo y el Real Valladolid, un duelo trascendental que brinda a los blanquivioleta una nueva oportunidad para escapar de los puestos de descenso.
Para dos de los jugadores del Pucela será volver a la que fue su casa. Fabián Orellana y Lucas Olaza regresarán a tierras gallegas, donde un día corearon su nombre. Esta vez no será con la camiseta celeste, sino con la blanquivioleta, y tampoco podrán recibir el apoyo de la que fue su afición debido a la pandemia del coronavirus. Por su parte, Marcos André de Sousa no podrá viajar debido a su lesión.
La travesía del chileno por el Celta de Vigo tuvo sus altibajos. Procedente del Granada CF, recaló en el conjunto gallego en el curso 2011/2012, cuando estaba en LaLiga SmartBank. Sin embargo, con Orellana en sus filas, el equipo logró ascender a la máxima categoría del fútbol español en una campaña donde se destapó como una de las grandes revelaciones, haciendo 13 tantos.
La temporada siguiente regresó al Granada, pero en el mercado invernal el Celta anunció su vuelta. Su rendimiento no estuvo a la altura y el chileno finalizó una temporada para olvidar, con siete titularidades en 14 encuentros. Con Luis Enrique Martínez en los banquillos, Orellana se acabó convirtiendo en una pieza clave, disputando un total de 2.001 minutos, repartidos en 35 encuentros, y marcando cinco tantos.
En la temporada 2015/2016, bajo la batuta de Eduardo 'Toto' Berizzo, el chileno formó, junto a Iago Aspas y Nolito Agudo, un ataque de ensueño, logrando un meritorio sexto puesto en LaLiga Santander que permitió al equipo celeste disputar partidos europeos. No obstante, la relación con el técnico argentino se desvirtuó y el chileno acabó saliendo por la puerta de atrás.
La final entre el Boca Juniors y el River Plate en la Copa Libertadores 2018, en la que fue titular en el equipo de Guillermo Barros, sirvió para que el Celta pusiera sus ojos sobre él. Olaza llegó al conjunto celeste a mediados de la temporada 2018/2019. Poco a poco se fue ganando el puesto hasta que se convirtió en pieza clave.
Tras algo más de dos temporadas, en las que disputó 65 partidos, marcó un gol y repartió 10 asistencias, el montevideano recaló en el Real Valladolid a principios de febrero. Su llegada al conjunto blanquivioleta se convirtió en un culebrón que no pasó desapercibido. El club vigués debía pagar cuatro millones de euros al Boca si el lateral uruguayo jugaba 20 partidos en LaLiga, pero la directiva no estaba dispuesta a ejercer la opción de compra obligatoria, por lo que el Pucela no dejó perder la oportunidad para fichar al lateral en una posición que, tras la lesión de Raúl García Carnero y las cuestionables actuaciones de Nacho Martínez, quedaba debilitada.
Formado en las categorías inferiores del Guaratinguetá Futebol brasileño, el ariete hizo las maletas en enero de 2015 para recalar en el RC Celta B de Segunda División B.
Sin embargo, el brasileño no terminó de convencer y, al año siguiente, tuvo que abandonar el equipo para recalar en las filas de la UD Logroñés. Marcos André será el único de los tres jugadores que no podrá reencontrarse con su pasado celeste debido a su lesión.