El 30 de junio es la fecha marcada y señalada en todos los contratos del fútbol. Ese día se cumplen cláusulas o detalles que cambian el futuro de los jugadores. El caso más común es el del final de contrato, como ha ocurrido con Míchel Herrero, pero, también, el de nuevas vinculaciones, como sucede con Sergio Benito.
El delantero madrileño llegó el pasado verano al Nuevo Estadio José Zorrilla. Fue una de las últimas operaciones en la búsqueda de un punto diferencial para el Real Valladolid Promesas de Javi Baraja. El ex de la Cultural y Deportiva Leonesa llegaba a Pucela con un contrato de una temporada que se podía ampliar a dos más.
El matiz de la ampliación estaba en que el Rayo Vallecano podía recuperar al jugador antes del 30 de junio. En caso de no hacerlo, el delantero pasaba a ser propiedad del Real Valladolid con una vinculación de dos años con el primer equipo.
Los madrileños, inmersos en el play off de ascenso a LaLiga Santander, demoraron su decisión hasta saber en qué categoría competirían la temporada 2021/2022, si bien tras el partido de ida mostraron disposición a ejecutarla.
Conseguido el ascenso, desde el Estadio de Vallecas se ha rechazado la opción de recuperar a un jugador que ya es propiedad del Real Valladolid. Pese a esta nueva vinculación, el jugador está en el mercado. Cuenta con propuestas y ofrecimientos de LaLiga SmartBank pero éstas son opciones que, actualmente, está muy paradas.
El mercado español transcurre de forma muy lenta, tal y como confirma la operación de Waldo Rubio. El pacense, que había generado interés en diferentes puntos de la geografía española, ha optado por llegar a Bélgica, dada su intención de comenzar la pretemporada en su nuevo club y aclimatarse lo antes posible.