Las claves del mal momento del Pucela

El Real Valladolid encadena dos encuentros seguidos perdiendo. Lo hizo de manera abultada ante el Burgos (3-0) y lo volvió a hacer el domingo contra el CD Tenerife por 0-2. Lo peor no son los resultados, sino lo poco que se crea, lo mucho que se ha encajado en estos últimos dos encuentros, las dudas que deja el sistema y la falta de actitud sobre el campo.

Muy poca creación ofensiva

Además del cero de seis o el siete de 15, en lo que a puntos se refiere, el Pucela lleva dos encuentros consecutivos sin marcar y sin tener ocasiones claras de peligro. Ante el Burgos solo disparó una vez a puerta y contra el conjunto tinerfeño, alguna más.

El jugador que más dispara del Real Valladolid es Óscar Plano. El madrileño ha tirado 14 veces en estos cinco choques disputados en LaLiga SmartBank con una media de 3,3 chuts por partido. Sin embargo, ninguno de ellos ha acabado en gol. Toni Villa está siendo el caso contrario: tira poco, pero cuando lo hace anota. Tanto es así que lleva dos goles y lidera la relación goles/tiros con 0,67.

La estadística más preocupante es la de los disparos a puerta, de los cuales, el Pucela es uno de los equipos que está a la cola y Marcos André de Sousa es el que más ha realizado, con tres sólo en un encuentro. Para apreciar lo negativo de estas cifras, el delantero centro titular sólo ha podido disparar entre los tres palos una vez. Lo bueno es que esa ocasión acabó en gol, aspecto que deja en buen lugar al israelí de cara a ver portería. El conjunto pucelano tira poco, pero porque apenas conecta con sus delanteros.

Weissman, en Las Palmas.

Un gol en contra mata al equipo

La sensación que merodea en el panorama blanquivioleta es que, al primer traspiés, el equipo se cae. El conjunto de José Rojo, Pacheta ha pasado de encajar sólo un tanto en tres jornadas a recibir cinco en dos partidos. Cifras que preocupan, y mucho, porque significan tener un parcial de -1 en la faceta goleadora (cinco a favor y seis en contra).

La tendencia es muy negativa, ya que son dos derrotas seguidas encajando en la primera parte y sin dar un atisbo de reacción e ir a por el triunfo. Las palabras de Toni Villa tras el varapalo ante el Tenerife reflejan la difícil capacidad de reacción del equipo y el daño que hace un tanto en contra.

El 1-3-4-3 deja muchas dudas

Esta incertidumbre con el esquema no se debe sólo a la formación en sí y a los jugadores que saltan al campo, sino que es un cómputo de muchas cosas que desemboca en una falta de fútbol preocupante. A pesar de que Pacheta se empeñe en que con todos los esquemas se han ganado cosas, lo más evidente es la falta de equilibrio que tiene el equipo. Esta se ve reflejada en que da la sensación de no haber mediocampo y que el equipo se partiera, jugando con cinco hombres atrás y otros cinco adelante.

Jugadores descolocados, centrales bandos, delanteros sin tocar el balón, centros inoperantes, coberturas tarde, mucho espacio a la espalda y entre la zaga y la zona ofensiva... La primera parte del partido ante el Real Zaragoza sólo fue un aviso de lo que estaba por venir, que ya ha estallado en estas últimas dos derrotas en forma de contratiempos que no se pueden solucionar.

El entrenador burgalés insiste en jugar con tres centrales, achacándolo a que este equipo sufrió mucho con dos en la temporada anterior. Sin embargo, lo que se ha visto con esto en los primeros cinco enfrentamientos es que no se encuentra ni un 50% del nivel que pueden dar los pesos pesados. Además, los centrocampistas parecen moverse por el campo dando lugar a la improvisación y los centrales cada vez están más blandos a la hora de salir al corte y anticiparse. Pacheta sabe que el Real Valladolid tiene problemas y algo debe cambiar.

Toni, con la pelota.