La temporada 2021/2022 siempre se va a recordar en el ambiente del Real Valladolid y en el Estadio José Zorrilla por una palabra: "proceso". José Rojo, Pacheta, ha conseguido definir la presente campaña por el término desde el que él ve el fútbol y las necesidades del equipo pucelano. Desde el primer día ha sabido y ha definido que su Real Valladolid debe crecer y evolucionar y que en ambos conceptos estará el éxito final.
Semana tras semana lo ha confirmado. Pese a empates como los obtenidos en Fuenlabrada o Zaragoza, la realidad del equipo es la de evolución sobre una idea de juego. Desde ella, el equipo cree y crece. No siempre de forma fiable pero sí con criterio. En Fuenlabrada se dieron pasos importantes para el crecimiento, de la misma forma que tras la visita del Girona FC al Estadio José Zorrilla.
Pese a no ganar, poco más se puede pedir al equipo como grupo y en aspectos futbolísticos. Obviamente, el absurdo, innecesario e injustificable penalti de Jawad El Yamiq priva al equipo de dos puntos y lastra el ascenso pucelano en la clasificación, pero el fondo es tremendamente positivo. Más allá del error del central marroquí hay un plan perfecto de un equipo que ha tomado velocidad de crucero como local y que progresa adecuadamente como visitante.
Haber conseguido el mayor registro de imbatibilidad de la historia pucelana y dejarlo en 646 minutos es un éxito que habla de la evolución de un equipo que, por momentos, somete con mucha fuerza a los rivales. Al Girona FC, por ejemplo, le mantuvo en su área en muchos momentos del encuentro. Lo hizo desde la personalidad y la creencia.
Tener tan clara la puesta en escena como lo hizo el Real Valladolid en el encuentro no es sencillo, pero los de Pacheta lo saben hacer. No es flor de un día. De forma constante y habitual, los pucelanos inician los partidos con convencimiento y se hacen merecedores de una ventaja en los primeros minutos del encuentro. Ante los de Míchel Sánchez fue así y el Pucela firmó 20 primeros minutos en los que rozó la perfección.
Sólo el acierto privó a los pucelanos de encauzar el partido antes de llegar al primer tercio de juego. Sabiendo, como pide el propio entrenador, que el acierto no se debe exigir, el Real Valladolid fue merecedor de más y lo fue porque hizo que el encuentro se moviera por sus registros. Detalles del fútbol, curiosamente, hicieron que se llegara al descanso con ventaja visitante.
Una falta lateral valía para el gol de Bernardo Espinosa pero, también, para la primera gran reacción de los vallisoletanos. Lo ocurrido entre el primer gol catalán y el descanso fue una muestra de confianza, seguridad y creencia del equipo. Así era difícil no pensar en la remontada.
El Real Valladolid estaba convencido y seguro. Los pucelanos querían ser dominadores y lo eran. La seguridad que dejaba el equipo en el intermedio estaba por encima del resultado, como así se demostró. Nuevamente, tras el paso por vestuarios, los de Pacheta hicieron una puesta en escena perfecta. No habían pasado ni 70 segundos y Juan Carlos Martín ya había recibido dos disparos.
La reanudación era una declaración de intenciones de un Real Valladolid que, poco a poco, fue llevando al Girona FC a su campo. Pese a la referencia de Cristian Stuani y la magnífica lectura de Samu Sáiz de las transiciones, el duelo estaba para lo que quería el Pucela. Así, y con paciencia e insistencia, Sergio León empató y Jon Morcillo adelantó a los blanquivioleta.
El plan era perfecto y estaba teniendo una magnífica ejecución. Todo era como quería y buscaba el Real Valladolid pero Jawad El Yamiq se equivocó. Una desconexión del '15' en una acción a balón parado debilita la imagen pucelana en la clasificación pero no en su imagen. Lo demostrado y ejecutado por el Pucela en los 90 minutos es un partido perfecto que sólo se destruye por un error tan individual como innecesario.
Lo peor es el proceso, en el proceso hemos llegado a lo más alto, no nos meten goles, estamos a tope físicamente, podemos dominar y tener mil oportunidades,, en el proceso no entran los errores de los jugadores (a lo que estamos acostumbrados), ni la falta de puntería, y nos hemos alejado de los puestos de arriba, y en el proceso NOS FALTA el bajon físico que tienen todos los equipos (y que ya ha tenido el Almeria), divirtamonos con el juego y pensemos en los play off
Estoy totalmente de acuerdo con Pepone. Ya en la primera parte pega un zambombazo al balón hacia el banquillo sin ningún sentido, estaba solo y podía haberlo controlado. Y a falta de 5' hacer algo así cuando sabes que en nuestro área defensiva quieren verlo todo, al contrario que cuando atacamos, es de ser un descerebrado... Y van unas cuantas. Yo lo siento, disculpo los errores, pero a mi estas idas de olla no me gustan. Nos puede dar algo si jugamos un playoff con este chico.
Necesitamos jugadores desequilibrantes no desequilibrados. Creo que es el momento de vender a este jugador a buen precio. No merece la pena intentar comprender sus reacciones.