Cuando un encuentro se decide por los errores más que por los aciertos, se ponen evidencia las debilidades de las zagas de los equipos. Y eso fue lo que ocurrió en el partido de este sábado entre el Real Zaragoza y el Lugo, correspondiente a la segunda jornada de LaLiga1|2|3. El empate a tres goles vino ocasionado por seis fallos defensivos más que por seis aciertos de cara a la portería.
La zaga gallega ayudó a Ángel (en dos ocasiones) y a Lanzarote a poner por delante al Real Zaragoza con una ventaja de hasta dos goles sobre el rival. Lanzarote sólo tuvo que empujar el balón en el primer tanto gracias a José Juan, guardameta del Lugo, al que pilló desprevenido una cesión de Carlos Hernández.
El regalo de Zapater a Ángel también llegó con un despiste defensivo, así como el zarpazo del propio Ángel en el tercer y último gol blanquillo. En este, un despeje de cabeza deja al delantero sólo ante el cancerbero local y, con un remate perfecto, la manda al fondo de la red para situar una ventaja de dos goles sobre los gallegos.
Los errores del conjunto gallego fueron más llamativos e incisivos, pero el equipo supo anteponerse a las adversidades y rascar el punto logrando una igualdad en el marcador subvencionada con los fallos defensivos de los blanquillos. Así, tanto el primer gol como el tercero, tuvieron un nombre propio en la zaga del Zaragoza: Isaac. Dejó libre de marca a Pedraza en el primer tanto del Lugo y prácticamente hizo lo mismo con Campillo en el que dictaminó el empate. El segundo tanto, sin embargo, el que acercó a los gallegos en el marcador, fue un error garrafal de Irureta, que no se entendió con Cabrera y, tras un choque, le concedieron el 2-3 al Lugo.
Los fallos de ambos supusieron ventajas para el rival y eso queda reflejado en la igualdad final en el marcador.