El Real Zaragoza ha llevado a cabo su primera sesión de entrenamiento tras la decepción que supone la primera derrota de la era de Raúl Agné en el banquillo zaragocista. Un entreno en el que los que fueron titulares en Getafe han realizado trabajo de recuperación pero que para los suplentes ha sido de alta intensidad.
Concretamente se encontraban en el mismo grupo los jugadores que no partieron en el once en el Coliseum Alfonso Pérez de la primera plantilla y un grupo amplio de jugadores del filial, habituales en los entrenamientos de Raúl Agné. El técnico aragonés ha querido aprovechar la ocasión para que nadie se relaje y se ha mostrado intenso con los jugadores que estaban a sus órdenes.
El grupo ha realizado ejercicios con balón, que aumentaban el nivel, aunque insuficiente para el entrenador, que ha recriminado a sus jugadores la falta de coordinación a la hora de realizar los ejercicios. También durante el rondo, con especial protagonismo para Popa y su excesivamente invernal atuendo para el gusto de Agné.
Ha habido también tiempo para afinar la puntería, ejercicios de uno contra uno entre defensas y atacantes en los que ha destacado el buen hacer de Juan Muñoz, la habilidad de Pombo y el evidente progreso de Dongou en cuanto a la recuperación de su lesión de rodilla que parece estar ya casi olvidada.