Samaras, luces y sombras

Georgios Samaras fue la gran novedad de César Láinez en el su once ante el Reus. El griego debutaba como titular y además jugaba su primer partido completo como jugador blanquillo. Actuó como segundo punto, siempre por detrás de Ángel, en un partido en el que intervino a fogonazos, en el que en algún momento se le vio algo lento, pero en el que también dejó buenos detalles sobre el césped. 

En los primeros compases del encuentro, Samaras realizó la labor que, parece, se le pidió antes del encuentro. Pelear por cada balón dividido que llegase desde las alturas. El griego lo hizo, aunque muchas veces con poco éxito. En el primer periodo, el delatero griego también se asoció bien con las bandas y, en alguna ocasión, también quiso poner el balón al espacio para Ángel, aunque esas buenas intenciones no llegaron a cuajar. 
En la segunda mitad, al griego parecieron pesarle algo los minutos. En muchas jugadas, el ariete parecía ir siempre un paso por detrás y la pesadez y la fatiga parecieron apoderarse de él. Eso hizo que apareciera a fogonazos. Siempre con asociaciones con sus compañeros y, quizá lo que más se echó en falta es su escasa finalización. Y es que en varias jugadas, en la corona del área, el ariete no finalizó y siempre buscó un pase más, perdiendo el balón en esos intentos. 
Entre sus jugadas más destacadas, en el minuto 39 controló un gran balón y después de tocarlo con cabeza y pecho, finalizó una jugada que la defensa del Reus despejó in extremis a córner. En la segunda mitad, tras un centro del recién entrado Xumetra, se coló entre los dos centrales del equipo local y contactó con el balón, generando una buena ocasión. La pena es que ese contacto con el balón no fue lo suficientemente bueno y terminó en saque de puerta.
Luces y sombras, en definitiva, en el primer partido completo de Georgios Samaras.