Inmerso en el famoso proceso de adaptación, Giorgi Papunashvili no había contado con muchas oportunidades en este nuevo Real Zaragoza. No obstante, la Copa se presentaba como una buena ocasión para darle minutos al extremo. Esa previsible primera titularidad del georgiano no defraudó a Natxo González, ya que se estrenó como goleador, aguantó los 90 minutos y cuajó un buen encuentro en la victoria del equipo maño.
Tan solo 38 minutos, repartidos entre la Liga y el primer partido copero, había disputado uno de los fichajes estrella a largo plazo del conjunto aragonés. Papunashvili ya dejó detalles muy interesantes en anteriores participaciones, pero contra el Lugo desplegó en su totalidad el abanico de virtudes que atesora. En la primer parte fue el mejor. Mezcló bien con Delmás, Vinicius o Guti y llevó de lado a Kravets en detrimento de la defensa lucense.
El futbolista fue muy incisivo en el área rival mediante desbordes y buenas acciones que llevaron el peligro principal del equipo aragonés. Forzó varias faltas a favor y filtró balones a modo de asistencia que pudieron acabar en gol en las botas de Vinicius o Guti. Además, marcó. El gol de la victoria, que anotó en el minuto 22 del primer acto, fue un premio a su actuación. Papu aprovechó un balón sin dueño dentro del área, lo recogió, se hizó hueco a su lado bueno y la pegó con calidad al palo largo de Roberto.
En una de sus internadas desde el costado derecho pasado el cuarto de hora de la segunda mitad, a Papu le hicieron penalti. Regateó a varios defensas gallegos, con caño incluido, pero cuando llegó al área y se disponía a disparar, Kravets le agarró por detrás derribando al futbolista blanquillo. El árbitro no señaló la pena máxima.