Sabor agridulce el que ha dejado el empate contra el Nástic de Tarragona con el que se ha quedado Natxo González. El técnico del Real Zaragoza ha sido claro sobre cómo le ha dejado este empate: "Es un sabor agridulce. Hemos sido capaces de sumar en un partido con todo en contra, pero es agria por que se nos ha escapado al final. Por supuesto dar las gracias a la afición. Este equipo muestra muchas cosas. Mucho fútbol y cuando tiene que ponerse el mono de trabajo, lo hace".
Sobre la primera mitad, Natxo ha afirmado que "nos hemos ido ganando 1-0 con mejores y peores fases, pero realmente creo que hemos tenido el partido controlado" para añadir después que "a partir de ahí, siempre que nos hemos puesto por delante, hemos ganado los 3 puntos, pero hoy el partido se ha puesto así. Una pena no haber obtenido recompensa por el trabajo de los chicos".
El técnico, como es costumbre, no ha entrado a valorar la actuación arbitral. Asegura, además que "no he hablado con Borja, mañana lo haré", ha señalado. Respecto al juego de su equipo, González ha hablado de cuáles han sido sus intenciones en los distintos escenarios de juego: "Al final buscas mecanismos para ir generando superioridades. Tratar de buscar los vértices con esas superioridades de los que salen a tapar. A partir de ahí, tener la posibilidad de tener centros o buscar superioridades".
Con esas bases, el técnico ha asegurado que su intención con los cambios era que "cuando recuperásemos el balón en la segunda parte, tener algún jugador adelantado y tener opciones de contra". Además, ha asegurado que "sabíamos que en los últimos metros podía acusar el cansancio" y que con Óliver y Papu arriba, hemos tenido pausa y velocidad", ya que su objetivo era dar cinco o seis pases, pero el desgaste ha sido cada vez es más importante. "Arriba necesitábamos más velocidad que otra cosa", ha sentenciado.