Por fin es lunes. Una afirmación que rara vez suele realizarse, ha alcanzado su máximo esplendor gracias a los caprichos de la LFP. Después de la semana más larga posible –de viernes a lunes para el Real Zaragoza– la nueva jornada liguera aparece en el horizonte y lo hace con el partido más especial de la temporada, el derbi aragonés.
Un encuentro que cada vez se presenta más igualado y por tanto, con un mayor componente de rivalidad. A la que ya arrastraba, la propia de dos equipos que comparten territorio y cuyos estadios se encuentra separados por apenas 80 kilómetros, se suma también ahora la rivalidad deportiva de dos clubes que cuentan con un objetivo común: el ascenso.
Por eso, el de la noche del lunes será un encuentro con algo más que tres puntos en juego. Ambos equipos se jugarán la honra de cara a sus aficionados de ser el mejor de los conjuntos aragoneses, pero además, la clasificación obliga y la necesidad comienza a ser acuciante. Lo es especialmente para los blanquillos, que tras la disputa del resto de la jornada se ven cercanos a la zona de descenso y quieren mantener el pulso a la parte alta, mientras la SD Huesca, de ganar, podría situarse a la altura de los líderes de la competición.
Todo un espectáculo para el que ambos entrenadores, Rubi y Natxo González, podrán poner en liza sus mejores galas, pues ambos cuentan con la práctica totalidad de sus plantillas y por su puesto, con sus jugadores más importantes, los que tendrán que marcar la diferencia en el que se puede considerar como el mejor derbi de la historia.
SD Huesca: Remiro; Akapo, Jair, Pulido, Brezancic; Melero, Aguilera, Sastre; Gallar, Vadillo y 'Cucho' Hernández.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito, Verdasca, Mikel González, Ángel; Zapater, Eguaras, Febas, Buff; Toquero, Borja Iglesias.
Estadio: El Alcoraz.
Hora: 21.00 horas.
Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité castellanoleonés).