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Real Zaragoza
0-0
Reus

Badía frena al Zaragoza

Buff pelea por un balón. (Foto: Dani Marzo)
Á. Montaner

Después de los últimos tropiezos fuera de La Romareda, con cierto sonrojo todo sea dicho, en Huesca y Almería, Natxo González optaba por sacar toda la artillera en casa. Así, el cuerpo de ataque del Real Zaragoza se componía por Borja Iglesias, Vinicius, Febas y Papu. Toda una declaración de intenciones que de cara a volver a sumar una victoria. 

Desde los primeros minutos, ese plan te ataque comenzó a carburar. Solo en el primer cuarto de hora, el Real Zaragoza ya sumaba varias ocasiones claras de Papu, otra gran jugada de Febas que atajó Edgar Badía y que (de nuevo Papu) no acertó a marcar en el rebote y dio al palo; y una tercera de Vinicius, que terminó un rápido contragolpe con un disparo lejano. 
Eran buenas intenciones, sí, pero la rocosa defensa del Reus y un acertado Badía mantuvieron a raya. Porque aún hubo más opciones. Las que se jugaron, como otra doble ocasión de Febas y de Borja Iglesias, que esta vez sí estuvo mucho más activo que en semanas anteriores, o con el brasileño Vinicius, que estuvo muy activo. También las que no se jugaron, porque Arcediano Monescillo pitó un fuera de juego cuando campeaba el minuto 25 que dejaba al 'panda' solo ante el portero. Era posición correcta. El árbitro erró. 
El punto negativo llegó al borde del descanso. Mikel González dejaba su sitio en el campo a Grippo por lesión. El vasco no pudo completar ni tan siquiera los primeros 45 minutos y ahora habrá que esperar el alcance de la lesión del central blanquillo. 

El guardián del 'Muro'

La segunda mitad no tuvo un guión demasiado diferente. El Real Zaragoza siguió percutiendo sobre la portería del Reus. No en vano, el equipo de Natxo González tuvo hasta 19 jugadas finalizadas sobre la portería de Badía. Y es que el portero de los catalanes atrapó, tocó, despejó, desvió y frenó todas las opciones del equipo blanquillo. 
Las hubo de todos los colores. Un mano a mano de Borja al poco de la reanudación que rozó el meta del Reus. También Toquero le buscó las cosquillas al meta, al igual que Buff. Los hombres de refresco intentaron dar un giro al encuentro, pero el muro que Badía tenía por delante también un buen muro defensivo. Ni los balones filtrados de Febas, ni la ayuda de los laterales (muy activos en el encuentro) lograron encontrar las fisuras de un equipo muy bien plantado. 
En la recta final, cambiaron las tornas. Los catalanes, ante un Zaragoza volcado, decidieron irse al ataque e incluso tuvieron un par de ocasiones para adelantarse. Fue un correcalles final que, lo cierto, es que pudo decantarse para cualquier lado. Finalmente, el equipo aragonés se vio frenado en su propio estadio y ni la apuesta por todo al ataque de Natxo salió bien. Ahora toca -otra vez- repensar nuevamente la fórmula para ganar. 
 

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