No consiguió disipar las dudas que asomaban en el horizonte tras un mal mes de noviembre, pero el Real Zaragoza consiguió una nueva victoria, en esta ocasión en un campo tan complicado como El Molinón. Los aragoneses se volvieron a mostrar grises, pero la actuación de Cristian Álvarez, que paró un penalti y un gol de Delmás a la salida de un córner fueron suficiente como para volver a casa con tres puntos más en la maleta.
Comenzó el partido con el tanteo propio de dos equipos cargados de inseguridades tras un desastroso mes de noviembre. Una muestra llegaba en los errores en el pase de los primeros minutos y los pelotazos que sobrevolaron el cielo de El Molinón con origen en dos defensas repletas de miedos. No tardó el Real Zaragoza en tomarle el pulso al encuentro haciéndose dueño de la posesión. Y precisamente tras una larga tanda de pases llegó la primera ocasión para los blanquillos, un disparo lejano de Borja Iglesias que llegó mansamente a las manos de Mariño. A falta de balón, el Sporting lo intentaba con balones largos a la espalda de la defensa, aunque apenas había ocasiones de gol, tan sólo los destellos de talento de jugadores eléctricos como Papu y Michael Santos, pero sin excesivo peligro para los arqueros.
Allá por la media hora de juego llegó un nuevo impulso del Sporting, espoleado por dos buenas ocasiones llegadas de sendos saques de esquina que obligar a Cristian Álvarez a salvar a los aragoneses de encajar el primer tanto del partido. Con el Real Zaragoza diluido hasta la nada, tan sólo las buenas acciones del guardameta argentino impidieron que el marcador se moviera antes de llegar al descanso.
El inicio de la segunda mitad seguía el camino marcado por el final de la primera. Con el conjunto asturiano mandando y poniendo en peligro el arco aragonés y un Real Zaragoza que parecía comenzar a encontrar nuevamente los destellos de Papu, al que en esta ocasión se le sumaban buenos minutos de Vinícius. Mientras Paco Herrera buscaba cambiar el signo del encuentro del partido realizando dos cambios, una jugada sin aparente peligro, un centro lateral de Julián Delmás le otorgaba la oportunidad al Real Zaragoza de disfrutar de un córner, un saque de esquina que aprovechó el propio jugador zaragozano para, con una volea perfecta desde el centro del área, subir el primer gol del partido al electrónico.
El tanto blanquillo agudizó los síntomas de lo vivido con anterioridad, el Sporting se volcó sobre el arco de un Real Zaragoza que achicaba agua y de paso, aspiraba a encontrar una contra con la que cerrar el encuentro. Y todo, entre el ambiente enrarecido de El Molinón descontento con los suyos, muy especialmente con su entrenador, un Paco Herrera cuyos cambios encendían los ánimos de su propia afición. Con el equipo blanquillo aculado en área propia, una jugada sin aparente peligro acabó con Verdasca haciendo muestra de su inocencia al cometer penalti por saltar con el brazo en la cara de un rival. Ahí volvió a aparecer la figura de Cristian Álvarez. El meta argentino no sólo le paró el lanzamiento a Santos, sino que además se repuso para evitar también el gol en la segunda jugada. Y desde ahí hasta el final, poco más. El Sporting a la desesperada y el Real Zaragoza sacando balones del área hasta el pitido, con el que el equipo estalló en alegría honrando al héroe de la jornada: Cristian Álvarez.