El Real Zaragoza saltó al césped de Granada sin delantero. Borja Iglesias, sancionado, no viajó a la ciudad andaluza. Natxo González no le encontró alternativa. Sí que formó parte de la expedición Vinícius Araujo, que arrastraba molestias, y el técnico vasco creyó conveniente dejarlo en el banquillo. De este modo, Pombo y Papunashvili fueron los hombres más adelantados de la alineación titular zaragocista.
Con Borja Iglesias cumpliendo ciclo de tarjetas, Granada parecía una nueva oportunidad -y ya van unas cuantas- para la reivindicación de Vinícius. Sin embargo, el miércoles no entrenó con sus compañeros por molestias musculares. El jueves se reincorporó a la dinámica del equipo, pero en el Nuevo Los Cármenes Natxo ha privado al brasileño de la titularidad. Una extraña noticia para el conjunto aragonés, que, como ya lo hizo en el último cuarto de hora de partido ante el Barça B, batalló sin cañonero.
El once titular blanquillo estuvo formado por seis centrocampistas. Una alineación atípica, en la que Natxo buscó el equilibrio con Eguaras, Ros y Zapater en el centro del campo, Febas completando la punta del rombo y con Pombo y Papu como referencias ofensivas. No surtió efecto la idea del míster blanquillo, ya que los maños no se encontraron cómodos con balón, y sin él, sufrieron más de la cuenta en tareas defensivas durante la primera mitad.
El Granada se echó atrás tras el descanso y el Zaragoza dominó, pero apenas creó peligro con claridad. Por su parte, Vinícius saltó al césped en el minuto 75 en sustitución de Jorge Pombo. 15 minutos tuvo el brasileño para demostrar, pero en su entrada no se fraguó un revulsivo. Al final, derrota del Zaragoza por 2-1, en la que el goleador zaragocista fue un defensa central: Simone Grippo.