El Real Zaragoza ha vuelto al trabajo en la mañana del miércoles para seguir preparando el trascendental encuentro del próximo fin de semana frente al CD Lugo en el que los de Natxo González buscarán una nueva victoria en La Romareda que permita respirar con más tranquilidad en compromisos futuros.
El equipo aragonés se ha ejercitado en el que se está convirtiendo en su campo habitual de trabajo, el número cinco, en el que trata de resguardarse del viento que azota las instalaciones de la carretera de Valencia. Allí ha saltado el equipo, sin los porteros, que trabajaban en el campo anexo, para completar la nueva sesión de trabajo.
Un entrenamiento sin sobresaltos, en los que han estado todos los jugadores disponibles para Natxo en la próxima cita liguera, sin los lesionados Grippo y Toquero. Y en el que el cuerpo técnico ha puesto a prueba la velocidad y aceleración de los futbolistas antes de darle protagonismo al balón, pieza clave en el compromiso frente al CD Lugo, uno de esos conjuntos que mantiene la querencia por el esférico.