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El espejo en el que se mira Grippo para las jugadas a balón parado

Manuel Monge

Simone Grippo se está destapando en su primera temporada en el Real Zaragoza como un gran goleador. Además de su contundencia en el trabajo defensivo, el central suizo ya ha anotado tres tantos en la presente campaña con el del pasado sábado en Tarragona. Un auténtico peligro a balón parado que ha aprendido de dos referentes del juego aéreo en el fútbol mundial.

El jugador helvético marcó su tercer gol y lo volvió a hacer con un tremendo cabezazo. Una virtud que el suizo ha aprendido en su infancia de futbolistas de talla mundial y que está sabiendo explotar en su carrera deportiva: "Me fijaba mucho en Materazzi y me acuerdo de su golazo en la final del Mundial 2006. Fue un jugador que marcó mucho de cabeza. También Ballack era muy potente en el juego áereo".
Pese a su buen hacer en las jugadas a balón parado, Grippo ha querido restarle importancia a su papel: "Tuve suerte en el gol ante el Nástic porque da en el palo y rebota en el portero. Además marqué por otro buen centro de Eguaras, que es el que tiene el mérito".
 

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