El Real Zaragoza cuenta desde hace semanas con un jugador más en la dinámica de los entrenamientos del primer equipo. Un viejo conocido que ha tenido que convivir con las lesiones constantes hasta el punto de quedar al borde de la retirada. No es otro que Cezary Wilk, cuya vuelta a los terrenos de juego sigue en entredicho.
El centrocampista polaco llegó al equipo aragonés el verano de 2015 procedente del Deportivo de la Coruña y desde entonces, apenas en trece ocasiones se ha podido ver al jugador luciendo la elástica blanquilla en partidos oficiales. Todo por culpa de las lesiones, que hasta en tres ocasiones le han hecho pasar por quirófano en lo que ha sido todo un calvario. Tras el último de los contratiempos, desde el Real Zaragoza se le ofreció la renovación, al margen de que su futuro como futbolista pudiera estar en entredicho.
Hace ya semanas que Wilk forma parte de la rutina del Real Zaragoza las órdenes de Natxo González, pero las sensaciones del jugador no acaban de ser buenas. El centrocampista trata de trabajar con normalidad en busca de una última oportunidad con el equipo aragonés, al que le debe el gesto de la temporada pasada, pero la rodilla no acaba de responder. La articulación no cuenta con la estabilidad necesaria para la práctica del fútbol y además, se le suma la inflamación de la zona dañada.
La vuelta de Wilk a los terrenos de juego seguirá siendo una auténtica incógnita hasta el final de la presente temporada pero desde luego, no será por falta de voluntad, pues el futbolista está poniendo todo de su parte por al menos volver a vestir de blanquillo una última vez.