Cesary Wilk ha anunciado lo que era un secreto a voces: su retirada. Visiblemente emocionado pero sonriente y sereno, el futbolista polaco del Real Zaragoza ha anunciado que no puede seguir jugando. La decisión la había tomado ya "hace dos o tres semanas". "Quería comunicar una cosa que creo que ya sabéis, pero tengo que decir que me tengo que retirar por culpa de mi rodilla, que no funciona como quiero y me falla en el campo", se ha arrancado antes de atender el turno de preguntas.
"Luego en casa estoy con dolor y así no puedo seguir, era la única decisión que podía tomar", ha afirmado con realismo. "Mañana me voy a despertar y empieza otra nueva vida". Su día a día ha sido difícil, y cuenta que se dio cuenta de que "algo no iba bien" cuando se tenía que despertar tres o cuarto veces cada noche debido al dolor en la rodilla.
Su mejor momento para él ha sido el gol que le marcó al Almería en sus primeros meses con el Zaragoza. "Mi único gol en Segunda división", ha rememorado sonriendo.
El jugador le ha agradecido a todo el mundo su apoyo. En especial al club, por dejarle seguir cuando se lesionó, algo "muy importante" para él, lo mismo que a sus compañeros y al cuerpo médico. "Que el club te dé la oportunidad de firmar un año más de contrato... no tengo palabras para eso, ha sido un momento muy importante para mí".
Ahora queda el futuro... que se lo guarda para él. "No quiero hablar de mi vida privada"... pero promete una buena celebración si acaba bien la temporada. "Pombo va a prepararlo todo", ha afirmado con gracia.
El futbolista ha estado arropado por todos sus compañeros durante toda la rueda de prensa, y finalmente ha recibido un recuerdo del Real Zaragoza de manos de quien se ha sentado a su lado durante el acto, el presidente Christian Lapetra.