La sala de prensa del Real Zaragoza se hizo pequeña cuando Cesary Wilk compareció para anunciar su retirada. Y es que estaba ahí dentro toda la plantilla, el cuerpo técnico, los cámaras, los periodistas y fotógrafos... Algo hizo bien Wilk para, pese a sufrir dos roturas de rodilla y en tres años jugar solamente 11 partidos de Liga, congregar a tanta gente como él lo hizo. Tras su anuncio, todos le regalaron una larga y sentida ovación. Christian Lapetra estuvo sentado junto a él, y le obsequió con un recuerdo zaragocista: una imagen en forma de cuadro de él en el campo, ese lugar en el que siempre quiso estar, ayudando a unos compañeros que le dieron todo el calor que pudieron en el momento del anuncio del punto y final.
En casi ningún momento perdió la sonrisa un jugador que ahora quiere mirar hacia el futuro. Para cerrar el emotivo acto, se marchó despidiéndose uno a uno de cada compañero.