El Real Zaragoza sigue con su maravillosa estadística de poner siempre su pegada en el marcador y, salvo en tres partidos de este 2018, lo ha hecho siempre el primero. De los 23 encuentros de esta temporada en los que ha inaugurado el marcador, 15 han sido en la segunda vuelta. Datos que hablan del crecimiento de un equipo que ya gana como los grandes, y que contrastan con el inicio: entonces o no marcaba primero, o se dejaba remontar o igualar, como ante el Lugo, el Nàstic en casa...
El Zaragoza logra casi siempre pegar el primer golpe y, a diferencia de la primera vuelta, ya no le remontan. Apenas le empatan. Tan sólo Granada, cuando remontó un gol de Simone Grippo en Los Carmenes para ganar 2-1. Lograron empatar el Alcorcón y el Reus, al igualar los goles de Alberto Zapater y Gaizka Toquero, respectivamente. Los únicos partidos en que no pudo inaugurar el marcador fue contra el Sevilla Atlético en la inesperada derrota por 0-1 en casa y contra el todopoderoso Rayo Vallecano en Madrid, con 2-1.
Unos datos que asustan, que le sitúan como claro candidato al ascenso y que se pueden explicar con tres motivos: el primero, la alegría goleadora de un equipo que lleva marcando fuera de casa en todos sus partidos desde diciembre. Tener a Borja Iglesias y sus 19 goles ayuda. Segundo, la fiabilidad defensiva de un Zaragoza que ha logrado acercarse a los números que Natxo González tenía en el Reus: en la segunda vuelta sólo ha encajado dos goles ante el Rayo Vallecano y el Granada; por último, la frescura física. Es una plantilla joven y mucho más fresca que la del año pasado, cuando los goles y partidos tirados por la borda en los últimos minutos estuvieron a punto de provocar el drama del descenso a Segunda B.