Como viene siendo habitual cada vez que el Real Zaragoza logra un resultado positivo en su estadio, la fiesta se prolongó con los jugadores en el césped y la afición celebrándolo con ellos.
Una de las imágenes más curiosas que nos dejó este partido contra el Albacete, al término de los 90 minutos, fue la de Jorge Pombo con un megáfono cantando junto a los aficionados.
Y es que La Romareda, tras el pitido final, no se vació ni un ápice hasta que los jugadores, tras aplaudir a su afición, se retiraron al vestuario. Después de entrar por ese túnel de vestuarios, algunos jugadores volvieron a salir al césped para cantar con la afición. Antes, a las 16.00 horas, esa misma afición recibió al autobús del equipo, que ya empezó a sentir de cerca el calor de los suyos.