A expensas de lo que ocurra hoy en el encarrilado Valladolid-Numancia y de los dos cruces quedan de ascenso a Segunda A, la categoría ya estaría formada de cara al año que viene. Y se presenta con más históricos que nunca. Un conjunto de antiguos aristócratas desterrados en un desierto extraño y cruel. Un infierno que -caso del Real Zaragoza- a muchos se les está haciendo interminable.
Ciudades de cientos de miles de habitantes, estadios enormes, equipos que han ganado títulos o llegado lejos en Europa... Deportivo de La Coruña, Sporting de Gijón, Tenerife, Mallorca, Málaga, Real Oviedo, Mallorca, Las Palmas, Osasuna y el propio Real Zaragoza. Un escalón por debajo, pero representando a ciudades grandes, con una nutrida afición, estarían el Cádiz, el Córdoba o el Granada (y se podría sumar el Elche). Es decir, más de la mitad de equipos de Segunda división tienen aura de Primera.
A diferencia de otros años, no será raro en la temporada que empieza el próximo mes de agosto un gran puñado de estadios que rebasen los 10.000 espectadores. Cosa muy rara en Segunda división hasta hace bien poco. La afición del Zaragoza tiene un bonito reto: superar a la del Sporting como hinchada más numerosa.