Lo que funciona es mejor no tocarlo. Esta es la premisa que seguirá Imanol Idiakez para planificar una pretemporada en la que se mantendrán las costumbres iniciadas el curso pasado por Natxo González. Como ya ocurriera en la preparación de la 2017-2018, los jugadores harán vida en la Ciudad Deportiva desde el desayuno hasta la hora de comer.
Esta rutina comenzará con el desayuno antes de saltar al césped en la sesión de entrenamiento matinal. Tras pisar el verde de la Ciudad Deportiva durante alrededor de dos horas, los jugadores volverán a la cafetería de la Ciudad Deportiva para llevar a cabo la comida. Todos los menús estarán supervisados por el nutricionista del club, Raúl Luzón, que tratará de que los jugadores se habitúen a una alimentación sana y equilibrada con el objetivo de llegar en las mejores condiciones físicas posibles al inicio liguero.
Además de la ventaja que supone este control presencial de la dieta, esta rutina también ha resultado ser efectiva en el plano social. Como ya se vió la pasada temporada, compartir tantas horas juntos fue clave para la creación de un grupo unido dentro y fuera del campo, más aun teniendo en cuenta que el 80% de la plantilla había cambiado de un año para otro.