El Real Zaragoza tiene motivos para creer en el ascenso la próxima temporada. No solo deportivos, también históricos. La última vez que, como esta temporada, no hubo equipos filiales en la Segunda División, el Zaragoza logró el ascenso. Hay que remontarse 15 años atrás, hasta la temporada 2002-2003, cuando el Real Murcia y el Albacete acompañaron a los aragoneses en su escalada a Primera.
Con Paco Flores a los mandos, el conjunto blanquillo realizó una temporada muy sólida en la que se mantuvieron durante casi toda la temprada en los puestos de cabeza. Tras un inicio algo dubitativo, con solo una victoria en los primeros cinco partidos, el conjunto blanquillo puso la directa para afianzarse en la zona alta. Aquella temporada Yordi hacía las veces de Borja Iglesias con 15 tantos y un tal Rubén Gracia 'Cani' debutaba con la elástica del primer equipo.
Fue un curso donde el Real Zaragoza finalizó en 2ª posición con 72 puntos, a siete del líder, un Real Murcia cuyo paso por Primera fue efímero. El tercero, que por aquel entonces subía directo, fue un Albacete que tampoco tuvo suerte en la máxima categoría. Curioso fue el caso del Compostela, que a pesar de finalizar la temporada en novena posición, descendió por asuntos extradeportivos que acabarían con la vida de este histórico club. Sus acompañantes al infierno de la 2ªB fueron el Racing de Ferrol, el Oviedo y el Badajoz. Casualidad o no, la 2002-2003, a parte de ser la última temporada sin filiales, también fue la última con un equipo extremeño, que este curso recuperará a un representante.
La 2002-2003 fue una temporada inusual en su composición. Fue la última hasta hoy en la que no hubo filiales. Atlético Malagueño, Sevilla Atlético, Villarreal B, Rean Marid Castilla o FC Barcelona B han ocupado desde entonces puestos en la categoría de plata. Ahora, tras el descenso del Sevilla Atlético y del FC Barcelona B; y los ascensos del Extremadura, el Elche, el Rayo Majadahonda y el Mallorca, la segunda volverá a contar de nuevos con 22 "primeros espadas".