Diogo Verdasca y Simone Grippo forman la actual pareja de centrales titulares del Real Zaragoza. El portugués debutó la pasada temporada en el fútbol profesional, mientras que el suizo contaba a su llegada con una década de trayectoria. Dos perfiles muy diferentes para el eje de la zaga que se conjugaron de forma notable la pasada temporada. Una conexión que esperan elevar al sobresaliente en esta campaña para asaltar las dos primeras plazas de la categoría de plata.
La solidez de la línea defensiva es un aspecto fundamental en Segunda. Bien lo sabe Lalo Arantegui, que ha intentado hacer los mínimos cambios posibles en esa parcela del campo. Solo Mikel, por decisión propia; y Ángel, por la escasez de minutos, han abandonado la disciplina blanquilla en esas posiciones.
La pareja luso-helvética está llamada a ser uno de los pilares de la plantilla de esta temporada. Perone, llegado hace seis meses a la capital aragonesa, parte como tercer central, mientras que el club trata de incorporar un central zurdo que cubra el vacío dejado por Mikel.
Con esta composición, el papel de nuestros protagonistas marcará en gran parte el devenir del equipo. Entre ambos suman 4.500 minutos con la zamarra del león rampante, una cantidad más que suficiente para consolidarse como líderes de la zona defensiva. Allí, Verdasca deberá suplir las carencias de Grippo, y viceversa. Mientras que el luso destaca por su anticipación y su salida de balón, el suizo ofrece poderío aéreo y contundencia. Una simbiosis entre veteranía y juventud de la que se espera mucho en este curso.