Vázquez, hasta con fiebre

Álvaro Vázquez, jugador del Real Zaragoza, atendió a los medios de comunicación tras el empate ante Las Palmas (1-1) en el que se estrenó como goleador blanquillo. El punta, satisfecho con su trabajo, lamentó el gol amarillo que evitó sumar de tres.

"Este jueves tenía algunas décimas de fiebre, me encontraba flojo en la segunda parte y tuve que acordar el cambio con Idiakez", comenzaba explicando el delantero ante los micrófonos de la prensa antes de asegurar que, a pesar de todo, se sentía muy "contento". "Contento por marcar en mi primer partido en nuestra casa, en La Romareda, con este ambiente, con esta afición... ha sido una sensación increíble".

Sin embargo, el delantero no quiere que la ilusión les nuble y advierte que esto sólo acaba de comenzar. "Estamos en la jornada 3, este punto nos da mucha fuerza, estamos invictos, no hemos perdido ningún partido... ahora vamos a Oviedo, a un campo bonito para sumar nuestra primera victoria fuera de casa".

Así fue el bautizo de Vázquez

Álvaro Vázquez ya conoce lo que es marcar en La Romareda. Si la semana pasada debutaba con la elástica blanquilla en el campo del Reus, teniendo minutos en la recta final del choque ante el cuadro catalán, ante Las Palmas ha conseguido el botín que todo delantero ansía.

Fue en la primera parte, cuando el equipo mostró su mejor versión contra el conjunto de Manolo Jiménez. El ariete estuvo muy activo porque además de su gol, generó peligro y se entendió bien con Marc Gual y con Pombo, que hizo las veces de mediapunta ante el conjunto amarillo.

Vázquez fue el último refuerzo del equipo de Imanol Idiakez. Era una necesidad para el trabajo goleador del cuadro de Imanol Idiakez. Si en Reus ya generó algo de peligro, ante Las Palmas ha confirmado que está llamado a ser el hombre-gol del Real Zaragoza este curso.

En la segunda mitad fue el primer cambio para Idiakez. Su sustituto sobre el verde fue Oliver Buff, que hizo que Pombo adelantáse su posición e hiciese pareja con Marc Gual.