El Real Zaragoza se dejó en estadio de los Juegos Mediterráneos la imbatibilidad. El conjunto aragonés cayó por primera vez en este inicio de temporada y lo hizo en Almería. Un encuentro en el que se produjeron dos estrenos goleadores. Por una parte, el primer gol encajado por los aragoneses lejos de La Romareda; por otro, el primer gol de Daniel Lasure.
Por una parte, el infortunio. El Real Zaragoza encajó su primer gol de la temporada lejos de casa en una jugada llena de mala fortuna. Primero el defensa suizo del equipo aragonés, Simone Grippo, se duerme con el balón en los pies para regalarle la oportunidad al atacante del Almería. Después, tras la parada de Cristian, que frenó el ímpetu de Álvaro Gimenez, el suizo redondeaba la catástrofe empujando el balón hacia su propia portería.
Sería este el primero de los dos goles encajados por los blanquillos en su desplazamientos a tierras andaluzas y de paso también los primeros en la cuenta de goles encajados lejos de casa para el Real Zaragoza después de haber logrado mantener a cero la cuenta en los dos primeros desplazamientos, tanto en Reus como en Oviedo.
En el lado contrario, Daniel Lasure. Olvidados ya los problemas del final del mercado, el lateral aragonés volvió a demostrar que es uno de los jugadores destacados del Real Zaragoza. En un partido muy completo, Lasure inauguró su cuenta como goleador en el primer equipo del conjunto aragonés. Un gol que deja la sensación agridulce de quien marca por primera vez con el equipo de su vida, pero que, sin embargo, no logra la victoria.
Dos caras de una misma moneda, del infortunio de Grippo al destello de Lasure. Elementos que deben servir de lección para un Real Zaragoza que deberá recomponerse frente al CD Lugo en el próximo compromiso liguero, ya de vuelta a La Romareda.