Drama en el Real Zaragoza. Luz de alarma en una de las peores crisis del equipo en mucho tiempo. Una plantilla bloqueada y un entrenador, Idiakez, incapaz de solucionar el mal juego de su equipo. Un partido más, el equipo aragonés no ha estado a la altura. Una muy mala primera parte ante un rival desahuciado en puestos de descenso, y una mejorable segunda mitad, ponen al entrenador en entredicho y a la plantilla en la zona baja. El empate contra el Tenerife en el último minuto deja al club blanquillo en una situación muy complicada.
En los primeros 25 minutos del partido paso muy poco. O nada. La nada más absoluta, como si el espíritu del horrendo partido de los suplentes aún campara sobre el nuevo césped de La Romareda.
El partido avanzaba marcado por un ritmo tedioso, sin ocasiones de gol por parte de ninguno de los dos equipos. Los minutos caían de forma aburrida, con una afición adormecida que aguardaba a que algo ocurriera. Hubo algunos murmuros de impaciencia antes del minuto 20 en dos ocasiones, una tras un pase atrás de Delmás al portero, y la otra como respuesta a un balonazo de Javi Ros desde el centro del campo que no fue a ninguna parte.
Suso rompió la monotonía con un buen desmarque que le dejó solo delante de Cristian. El disparo del tinerfeño sobrepasó al argentino por abajo, pero Álex Muñoz salvó el gol en la mismísima línea. La afición había despertado súbitamente... con un nudo en la garganta.
En el minuto 32 una larga posesión del Tenerife en su zona de tres cuartos acabó con un fatal despeje de Delmás y un disparo fuera de los canarios. Sincronizada, la afición rompió a pitar... con la réplica de la grada de animación que coreó a tono "Zaragoza nunca se rinde". La situación empeoraba conforme avanzaba la tarde, con Javi Ros y Verdasca cargados además con tarjeta amarilla. Una mala salida de Cristian con el puño significó el tercer susto del partido.
Fue en el minuto 44 cuando el Zaragoza elaboró la primera jugada decente del partido. Pombo conectó con Zapater, que entró en el área y provocó el córner. En la posterior acción, Delmás cabeceó fuera. Ahí se acabó la primera parte. Plana y espesa. Con un equipo incapaz de elaborar ninguna jugada, de proponer, de mover el balón con criterio. Con Ros y Zapater impotentes en el centro del campo, Pombo desasistido y desesperado, Aguirre inédito y Soro nervioso y fallón.
Nada más comenzar la segunda parte llegó la ocasión más clara para el Real Zaragoza. Al igual que ocurrió en Almería, Pombo asistió a un Lasure que entraba como un cuchillo en el área... pero el disparo del canterano se estrelló en el poste. La ocasión encendió los ánimos del equipo, que empezó a tocar con más criterio. En el 55 una tangana en el área antes de un saque de esquina que acabó con Álex Muñoz por los suelos levantó al público de sus asientos. En el córner el mismo Muñoz pidió penalti tras un empujón del rival e Igbekeme estuvo a punto de marcar.
El partido se calentó por momentos. Los dos equipos jugaban más rápido, con el Zaragoza intentando proponer y el Tenerife saliendo a la contra. Aguirre le hizo una dura entrada a Nano y posteriormente Álex Muñoz vio la amarilla por protestar. El Tenerife, animado, metió velocidad con Naranjo, y tuvo una clara en el 62 tras una buena jugada entre Acosta y Suso que el canario mandó fuera por poco. Asustaba el Tenerife con la opción de romper el partido con la velocidad de Naranjo en cualquier contra.
Entre gritos de "¡Idiakez vete ya!", Pombo tuvo una buena ocasión con un disparo fuera del área que despejó el portero. Al minuto siguiente entró Jeison Medina por Soro. El colombiano tuvo la más clara en el 84, cuando Aguirre entró con el balón pegado al pie en el área y centró. El cafetero falló en boca de gol, pero a los pocos minutos le llegaría la redención. Y es que en el 86 el portero le empujó tontamente en el área pequeña. Penalti y la posibilidad de sacar adelante un mal partido. Ros asumió la responsabilidad y no falló. Al capitán no le tembló el pulso y la Romareda estalló. El navarro lanzó por el medio y Dani casi se lo para, pero daba igual. Ros fue corriendo a abrazar a un Idiakez que ni con el gol recibió el perdón de la grada, que le pedía que se marchara...
Perone y Buff entraron para restar tiempo, el árbitro añadió cinco minutos y como en una mala película de terror, el horror llegó al final. Con tres centrales en el campo, con los tres puntos casi en el bolsillo... Acosta cabeceó una falta lateral (provocada por Muñoz) dentro del área que puso el empate. Incendio en el banquillo y crisis honda en un equipo que no logra ganar de ninguna forma...