La ilusión de Alcaraz como medicina contra la crisis

Debuta Lucas Alcaraz en el banquillo del Real Zaragoza con la clara misión de recuperar el tono de un equipo que se había caído. Con más de 700 partidos a sus espaldas en la élite, el técnico granadino afronta el reto más importante de su carrera. Su experiencia se pone a prueba ya en el Martínez Valero. El conjunto blanquillo ha desperdiciado muchas balas y no gana desde Oviedo. No queda tiempo para muchos exámenes.

Las bajas en la delantera marcaron el adiós de Idiakez y marcan la presentación de Lucas Alcaraz. Sin Gual y sin Álvaro Vázquez, sólo Pombo aparece como atacante puro. El entrenador saliente lo combinó con Soro y el entrante ha ensayado con Aguirre. Hay mucha expectación para vez como el técnico granadino dibuja el rombo que le exige la dirección deportiva.

El equipo no ha sido consistente en los últimos cinco partidos. Se veían carencias detrás y superioridades del rival que se traducían en ocasiones. Por eso, es probable que Lucas Alcaraz también ponga a los cuatro pivotes: Eguaras, James, Ros y Zapater. Pero son solo conjeturas.

En defensa, tampoco hay muchas más pistas. Quizá apueste por Grippo que regresa tras su sanción y por Álex Muñoz, que ofreció un buen nivel. Al nuevo entrenador también le gustan los laterales largos y lo normal es que debute con Benito y Lasure.

Pero al margen de nombres, estilos y dibujos, la palabra de moda es intensidad. El técnico andaluz pide la máxima entrega, aderezada con un poco de ilusión y para ello debe recuperar la autoestima de su plantilla. El discurso de Alcaraz se basa en olvidarse de la ansiedad que hay por ganar, en que los jugadores tengan confianza en su trabajo y en que el equipo se mueva y no se muestre estático como en los últimos partidos.

Enfrente estará un Elche que ha ido cogiendo el pulso a la Segunda división  y que se encuentra igualado con el Real Zaragoza. Un equipo de pocos nombres, pero solidario en lo colectivo.