El Real Zaragoza ha llevado a cabo la que será una de las últimas sesiones de trabajo en la Ciudad Deportiva antes de que el próximo lunes se vea las caras con el Nàstic de Tarragona en el Nou Estadi. Una semana especialmente larga para un equipo que trata de mantener la cabeza fría en una situación preocupante.
Quizá por eso, desde el cuerpo técnico se ha planteado un inicio de la jornada más distendido que en otras ocasiones. Tras llevar a cabo una sesión de vídeo durante aproximadamente veinte minutos, la plantilla zaragocista ha saltado al césped para ponerse en manos del preparador físico, Javier Chocarro, que ha dirigido el inicio del entrenamiento. Después de unos primeros estiramientos y ejercicios para desentumecer los músculos ha llegado la hora del juego.
Distintos circuitos en los que los futbolistas blanquillos han podido mostrar sus habilidades a la hora de conducir el balón sin dejarlo caer al suelo, tanto con el pie como la cabeza, trabajando por relevos en ocasiones y en otras, por grupos reducidos. Eso sí, siempre compitiendo entre sí. Una competición en la que se ha podido ver también el nivel de competitividad de algunos jugadores.
Superada esta etapa, la normalidad ha vuelto al entrenamiento, con Lucas Alcaraz muy encima de los suyos, a los que les pide intensidad y concentración desde el mismo momento en el que la cosa se pone seria. El técnico andaluz aún podrá contar con alguna sesión más de trabajo en esta semana para acabar de perfilar el equipo que saltará al campo frente al Nàstic el próximo lunes.
Todo el tiempo es poco para preparar a la perfección un encuentro en el que el Real Zaragoza se juega tres puntos de vital importancia para comenzar a dejar atrás la zona de descenso en la que se encuentra en estos momentos.