Apenas seis minutos le fueron suficientes para el RCD Mallorca para abrir el marcador en el estadio municipal de La Romareda. Una vez más el equipo de Lucas Alcaraz se veía por detrás en el electrónico y, otra vez, por una definición deficiente de una jugada a balón parado, en la que tras una serie de rebotes, el balón acabó en las redes de la portería de Cristian Álvarez.
Una jugada, un detalle pero que sirve como perfecto resumen a los cuatro encuentros que ha dirigido Lucas Alcaraz al Real Zaragoza, ya que en todos ellos ha recibido goles tempraneros y en todas las ocasiones también al menos uno a balón parado. Todo una ironía si se considera que el técnico andaluz es un experto en esas lides hasta el punto de ser profesor de Táctica y Estrategia por la Escuela Nacional de Entrenadores.
En cualquier caso, de una forma u otra, Lucas Alcaraz se ha visto castigado por el balón parado en sus cuatro encuentros al frente del equipo aragonés. Apenas diez minutos en Elche le mostraron el camino al nuevo entrenador. Un zapatazo de Gonzalo Verdú directo a la escuadra a la salida de un córner inauguraría la cuenta. Sería después Vadillo el encargado de cerrar el partido frente al Granada con un gol de falta directa. En Tarragona un error en la marca le permitía al Nàstic ponerse por delante, situación similar a la del primer tanto del Mallorca en La Romareda.
Errores propios y aciertos del rival que han impedido ver las intenciones de un Real Zaragoza al que el balón parado le ha cambiado los planes demasiado pronto como para valorar con objetividad el juego de un equipo obligado en todo momento a moverse por detrás en el marcador. Un aspecto en el que Alcaraz deberá aplicar sus conocimientos para impedir que siga lastrando a los blanquillos.