El próximo domingo el Córdoba llega al estadio municipal de La Romareda. El conjunto andaluz jugará en el coliseo zaragozano un duelo entre dos equipos en horas bajas y con mucho en juego, una situación que no es nueva y que se parece mucho a la que se dio hace ahora poco menos de un año.
Llegó entonces el equipo cordobés a La Romareda algo más tarde, a finales de enero. Por entonces parecía que el futuro de Natxo González pendía de un hilo pese a haber logrado salvar las dos primeras “bolas de partido” frente a FC Barcelona y Tenerife. Después, una derrota en Granada volvía a tambalear los cimientos de un proyecto que tenía por entonces al Real Zaragoza en 16º lugar, apenas a tres puntos de la zona de descenso.
En plena zona roja se mantenía el Córdoba, que contaba ya su tercer entrenador de la temporada. Una final por todo lo bajo para ambos equipos, que buscaban una reacción que les permitiera recobrar la esperanza. El encuentro se presumía tremendamente igualado, pero se rompió enseguida. Un gol de Jorge Pombo adelantaba al conjunto aragonés antes de alcanzar el minuto 20.
Lejos de vivir en la tranquilidad, el partido se mantuvo cerrado hasta el final. Tuvo que ser Cristian Álvarez el que salvara el resultado en los últimos instantes al parar un penalti de forma magistral. Así, los tres puntos se quedaron en casa y el Real Zaragoza recuperó la tranquilidad. Se inició así una racha ocho encuentros consecutivos sin perder, sumando además siete victorias. Lo que sería el inicio de la remontada hasta la tercera plaza.
Un camino conocido para este Real Zaragoza que debe volver a reaccionar frente al Córdoba, no para mirar hacia arriba como haría finalmente la temporada pasada sino para evitar meterse en graves problemas.