El Deportivo recibía la visita del CD Numancia en la jornada matinal del sábado, en un día especial en La Coruña, ya que la entidad herculina cumplía 112 años de historia. A pie de campo, el que fuera técnico del Real Zaragoza la pasada campaña, Natxo González, se veía las caras con Alain Oyarzun, que defendió la elástica blanquilla durante el pasado curso.
Tras los primeros 45 minutos de partido, la segunda mitad parecía que sería un trámite para el Dépor, que se iba 2-0 al descanso merced a los goles de Edu Expósito y Borja Valle. Pero nada más lejos de la realidad, porque entonces, Aritz López Garai, técnico del Numancia, daba entrada a un Oyarzun que daba un vuelco total al marcador.
Nada más ingresar en el rectángulo de juego, el centrocampista vasco ponía un balón al área que remataba Higinio y se estrellaba en la mismísima cruceta de la meta que defendía Dani Giménez. La primera muestra de peligro del exblanquillo a ojos de su exentrenador. Al cuarto de hora de arrancar la segunda parte, un preciso centro de Oyarzun lo remataba al fondo de las mallas Unai Medina.
Natxo se tiraba de los pelos, más si cabe porque un jugador que conoce a la perfección metía el nerviosismo en el cuerpo de sus jugadores. También en el suyo. Y no iba mal encaminado el técnico vitoriano. A los 78 minutos, un nuevo centro de Oyarzun conectaba con otro ex del Real Zaragoza, Pape Diamanka, que con un testarazo ponía las tablas en el luminoso.
Con el senegalés no coincidió Natxo en la capital aragonesa, aunque sí que tienen algo en común: no guardan el cariño de la afición blanquilla. El técnico, por la forma en la que abandonó el club al término de la pasada campaña para fichar, precisamente, por el Dépor; el centrocampista, por la efusiva forma en la que celebró el gol numantino que apeaba al Real Zaragoza del play off de ascenso a LaLiga Santander.