El Real Zaragoza cayó en el tercer partido de Víctor Fernández al frente del equipo. Primera derrota desde la vuelta del entrenador aragonés, un encuentro en el que el Málaga impuso su oficio. Una nueva oportunidad para que el equipo blanquillo mostrara su progresión durante las últimas semanas, en las que la mejora ha sido notable.
Una de las virtudes que ha mostrado el técnico en su vuelta a La Romareda es que tenía las ideas claras, sabiendo la forma de jugar que deseaba para su equipo y los jugadores que debían ponerla en práctica. Tanto es así que el número de jugadores utilizados por Víctor Fernández se ha reducido drásticamente, quedando apenas en una quincena. De hecho, la entrada de Soro por Guti en el descanso convirtió al ejeano en el decimosexto jugador utilizado por el entrenador en sus tres partidos.
Y es que el Real Zaragoza apenas ha cambiado de nombres desde la llegada del entrenador aragonés, apenas lo obligado por las lesiones. Del once tipo que usó frente al Extremadura, con Zapater en el lateral derecho, se cayó Álvaro Vázquez en El Molinón y entró Delmás para ocupar su posición natural, dando entrada también a Eguaras, que había estado tocado semanas atrás –también ocurrió con Cristian por Ratón– . Lo mismo para enfrentarse al Málaga, con la entrada de Benito una vez recuperado plenamente de su lesión.
A los escasos cambios en el once se le suman los realizados durante los encuentros, en los que tampoco han existido grandes variaciones. Ante el Extremadura entraron de refresco Delmás, Papu y Aguirre; frente al Sporting repitieron los dos últimos y se les sumó Zapater y por último, frente al Málaga, la novedad fue Soro, al que acompañaron nuevamente Aguirre y Zapater.
Parece claro que Víctor Fernández prefiere reducir el número de jugadores para competir con aquellos que le ofrecen la máxima confianza al margen de probaturas.
Así, al margen de lo sucedido en la portería, el técnico tiene muy claro quienes son los quince futbolista que deben sacar adelante al Real Zaragoza.