El Real Zaragoza ha presentado en la mañana del jueves a sus dos últimas incorporaciones, Chechu Dorado y Miguel Linares. Futbolistas, que en palabras del director deportivo Lalo Arantegui, cierran la plantilla del club aragonés para la presente temporada. Fichajes en un plantel que ha reducido su número pero que ha elevado su nivel.
Linares y Dorado son dos jugadores con características muy diferentes a la gran mayoría de los integrantes de la plantilla del equipo blanquillo, pues poseen a sus espaldas una dilatada trayectoria en la que han tenido ocasión de vivir todo tipo de experiencias. Un bagaje que debe ser útil para un vestuario dominado por los futbolistas jóvenes. Además, ambos coinciden en su pasado común por las categorías inferiores del club, por lo que sirven como espejo para los canteranos que han accedido recientemente al primer equipo.
Al margen de lo que puedan aportar en el día a día, ambos fichajes mejoran, en principio, a sus predecesores; tanto en el caso de Dorado respecto a Perone como en el de Linares con Jeison Medina. Una situación de la que disfrutará Víctor Fernández, que ve como crecen sus opciones de cara al once, pero que le crean también un problema, pues no podrá contar con todos en una misma lista.
Difícilmente, con todos los jugadores sanos, coincidirán los cuatro centrales en la lista, teniendo que descartar a uno de la terna que forman Guitián, Verdasca, Álex Muñoz y Dorado; lo mismo que sucede en la parcela ofensiva, con jugadores como Marc Gual, Álvaro Vázquez, Pombo y Linares, junto a otros como Soro o Papu.
Un bendito dilema para Víctor Fernández, que desde esta misma semana deberá elegir con minuciosidad a aquellos jugadores que considere más adecuados para cada encuentro. Una mejora en la competencia dentro del equipo que se espera pueda elevar el nivel general del Real Zaragoza de cara a la segunda vuelta de LaLiga 1|2|3.