El cuerpo técnico del Real Zaragoza se encuentra ante el reto de lograr frenar al mejor ataque de la competición, el del líder de LaLiga 1|2|3, el Albacete. El equipo manchego llega a La Romareda el próximo fin de semana como prueba de toque de la reacción mostrada por los blanquillos durante las últimas semanas y Víctor Fernández piensa en Dorado como principal novedad para el partido.
No sería de extrañar, pues el entrenador aragonés ya dio alguna pista en la rueda de prensa previa al encuentro en Lugo que hacía presagiar que el debut del jugador andaluz con la elástica blanquilla no se dilataría en exceso en el tiempo. Apenas había que esperar a que el futbolista encontrara las mejores sensaciones en su adaptación al trabajo con el equipo y a un escenario óptimo para su presencia, algo que quizá no se pudo dar en tierras gallegas, en un partido marcado por la lluvia y el viento.
Ahora, en el estadio municipal de La Romareda y con una semana más de rodaje, parece que la hora de Chechu Dorado ha llegado. El central podría contar con oportunidad de vestir, por fin, la camiseta del primer equipo del Real Zaragoza 15 años después de abandonar la disciplina del filial blanquillo. Una opción que toma fuerza ante la falta de seguridad que ha mostrado Diogo Verdasca en los últimos encuentros y la ausencia de Álex Muñoz, que se recupera de la fractura sufrida en la mandíbula semanas atrás.
De esta manera, Dorado volvería a los terrenos de juego algo más de dos meses después de su último partido, el encuentro correspondiente a la Copa del Rey que disputó con su anterior equipo, el Rayo Vallecano, frente al Leganés. Anteriormente había disputado otros dos, la ida también ante el Leganés en Copa y en Liga, en el inicio liguero, frente al Sevilla. En los tres partidos disputó los 90 minutos. Una sensación que espera repetir ahora con el equipo aragonés.