El Real Zaragoza cuenta con el reto más complicado que pueda existir en estos momentos en LaLiga 1|2|3, tratar de superar al líder, el Albacete. Lo intentará el próximo sábado en el estadio de La Romareda, donde contará con el aliento de su afición, pero con el condicionante de las lesiones, que siguen siendo el principal lastre para Víctor Fernández.
Una semana más, la enfermería del equipo blanquillo se mantiene trabajando a pleno rendimiento para tratar de recuperar a aquellos jugadores que han caído lesionados durante las últimas semanas. Se sabe con seguridad que el técnico aragonés no podrá contar con los lesionados de larga duración, Grippo y Toquero, cuya presencia está descartada para toda la temporada. Tampoco estarán Lasure, Guti y Álex Muñoz, que afrontan una semana más de recuperación, siendo posiblemente la última para el alicantino y con dos más de plazo para el centrocampista aragonés. Por último quedan las incógnitas de Papu y Zapater. Dos futbolistas cuyo diagnóstico no parece claro, pero que en vista del hecho de no haber entrenado en toda la semana, se encuentran descartados para el partido del próximo sábado.
Con estos elementos, el técnico del conjunto blanquillo tratará de presentar la alineación más competitiva posible para tratar de frenar al líder. Algo similar a lo que ha sucedido en las dos últimas semanas, en las que el Real Zaragoza ha cosechado buenos resultados lejos de casa pese a contar con una larga lista de lesionados. En el lado positivo queda la recuperación reciente de Benito y Ros y la aparente normalidad con la que han trabajado el resto de integrantes de la plantilla, que de no surgir nuevos contratiempos en las últimas sesiones de trabajo, estarán a disposición de Víctor Fernández para tratar de darle una nueva alegría a la parroquia zaragocista.