El uno de abril de 2018 fue la última vez que Osasuna perdió en El Sadar un partido de Liga. Fue la siguiente jornada de la derrota que le infligió el Real Zaragoza, con dos goles de un tal Borja Iglesias. Los datos hablan por sí solos: el equipo navarro ha construido un baluarte en su estadio que va camino de un año sin ser asaltado con éxito. Los de Víctor Fernández van a tener una dura prueba contra el tercer clasificado. Un equipo que de la mano de Jagoba Arrasate lleva aroma de Primera división.
Sus números Pamplona asustan: han ganado sus últimos ocho partidos como locales. Sólo se han dejado cuatro puntos: ante el Elche en la primera jornada y ante el Numancia, en septiembre. Aquello era cuando Osasuna aún no carburaba del todo con Arrasate. Ahora son un equipo temible: bien protegidos por el veterano Rubén en la portería, con Unai y David García como pareja de centrales. El incombustible Oier, una institución en Navarra, pone la brega en el centro del campo, y Roberto Torres y Rubén García la llegada y la calidad. Brandon suele ser la referencia ofensiva. La pasada jornada empataron in extremis en Soria gracias a un gol de Roberto Torres. Ese resultado puso fin a una racha de cuatro victorias.
David García, central osasunista, ha hablado sobre el choque. El canterano se muestra con ganas, dispuesto a "dar lo mejor y sacar los tres puntos". Así lo ha indicado el defensa central en una conferencia de prensa tras el entrenamiento de este miércoles, en la que ha asegurado que el vestuario está "centrado" en el citado encuentro, para el que se han agotado las entradas que el club había dispuesto. No obstante, a pesar de la expectación que ha generado el duelo entre ambos equipos, el navarro asevera que el Zaragoza "es un rival más".