El Real Zaragoza vive una de las semanas más intensas de la temporada. La previa a la visita al estadio de su máximo rival, el CA Osasuna. Realidad que contrasta con la tranquilidad con la que se han vivido estos días para los futbolistas, especialmente para hombres como Alberto Soro, que tras diversas dolencias físicas, ha vuelto a la dinámica del grupo en la mañana de este jueves.
Le hacía falta al futbolista ejeano volver a tener unos días sin contratiempos para poder centrarse plenamente en el encuentro del fin de semana. Y es que Soro ha encadenado en poco tiempo dos problemas en el tobillo fruto de la intensidad de los entrenamientos. En la previa al encuentro frente al Real Oviedo, un mal gesto le obligó a retirarse al vestuario; la semana pasada, un choque con Verdasca volvía a dejar maltrecha la articulación del futbolista.
Pese a las molestias, Alberto Soro tuvo ocasión de jugar ambos partidos. En la victoria frente al conjunto carbayón lo hizo partiendo desde el banquillo para disputar la última media hora; en el empate ante el Albacete disputó los 90 minutos y tuvo un papel destacado. Por eso, el inicio de la semana ha sido para el aragonés más suave que en otras ocasiones, realizando trabajo individualizado durante las primeras sesiones para reincorporarse al grupo este jueves.
A falta del último entrenamiento, el que se ha mostrado maldito para Soro las últimas semanas, la sensación es que en esta ocasión el joven atacante blanquillo podrá estar, por fin, a su mejor nivel. Un rendimiento que buena falta le hará al Real Zaragoza para tratar de lograr el asalto al estadio de El Sadar, el mayor fortín de LaLiga 1|2|3 durante la presente temporada. Un reto de altura para un equipo que ya ha demostrado que es capaz de todo.