El Real Zaragoza sigue sumando horas de entrenamiento para preparar el choque del próximo domingo en La Romareda frente al Alcorcón. Lo hacen los de Víctor Fernández pendientes de Papu, cuya recuperación marcha por buen camino aunque su presencia en el próximo partido es todavía una incógnita.
Habrá que esperar a la lista de convocados, o al menos, a que el entrenador blanquillo muestre, como lo ha hecho en sus últimas apariciones, sus sensaciones respecto al atacante georgiano. Un Papu que completó la sesión del miércoles y que en la del jueves ha vuelto a trabajar como uno más.
Sin estar a tope, se ha podido ver al jugador realizando algún estiramiento en los tobillos mientras esperaba que le llegara el esférico para llevar a cabo los ejercicios marcados por el cuerpo técnico. Además, todavía mantiene la precaución, portando un discreto vendaje en la articulación de su pierna izquierda, que tantos quebraderos de cabeza le ha dado esta campaña.
Sea como fuere, lo que parece claro es que la vuelta de Papu al equipo está cada vez más cerca después de semanas de lesión y de prácticamente un mes de ausencia. Una alegría para Víctor, que tiene en el georgiano a uno de sus jugadores fetiche, el hombre que le otorgó la primera victoria tras su vuelta y un futbolista diferencial del que apenas ha podido disfrutar.