Jesús Vallejo se encuentra trabajando en su campus de Zaragoza tras haber ganado el europeo sub 21. El joven defensa ha concedido una entrevista a ElDesmarque Zaragoza, donde cuenta detalles y anécdotas de su vida.Podría ser el típico futbolista al que la fama se la ha subido a la cabeza. Podría ser el típico jugador descuidado que tiene otras cosas más allá del fútbol en mente. O podría, incluso, no haber llegado a ser profesional en el mundo del fútbol. Pero no. Jesús Vallejo es un tipo de lo más normal.
Un joven que, pese a jugar en el Real Madrid, ser capitán de la selección española sub 21 y contar con un curriculum envidiable a sus 22 años, no ha cambiado sus hábitos en absoluto.Vallejo nació el 5 de enero de 1997. Lo hizo en Zaragoza, donde ha pasado prácticamente toda su vida, excepto los últimos años. Pero no solo conoce la capital aragonesa. El defensor tiene un sitio donde, siempre que puede, acude para volver a sus raíces, descansar y pasar un buen rato con sus familiares y amigos. Se trata de su pueblo, en la provincia de Teruel, que apenas cuenta con menos de 200 habitantes. Se llama Loscos.
Ahí es donde Vallejo ha pasado muchos momentos durante su infancia y una de las causas por las que es como es. El defensor del Real Madrid empezó a dar sus primeros toques a una pelota en el pabellón de San Roque, junto a amigos suyos que aún a día de hoy sigue conservando. Uno de ellos es Óscar Villanueva, jugador profesional del Sala 10 Zaragoza; "Jesús es el mismo ahora que el de hace años. No ha cambiado nada de cuando jugábamos en el pabellón del pueblo", dice. "Aún recuerdo esos días en el San Roque y quiero seguir siendo el mismo", manifiesta Vallejo.
De hecho, nada más conseguir el europeo sub 21, Vallejo ha viajado a Zaragoza para presenciar los últimos días de su primer campus en su ciudad natal. Y antes que irse a cualquier paraíso, el joven futbolista se ha reservado cuatro o cinco días para estar en Loscos y poder desconectar de todo ese ambiente que le rodea a un futbolista de su talla.
La progresión de Vallejo es algo destacable. De portar el brazalete de capitán del Real Zaragoza en su primera temporada en el primer equipo con apenas la mayoría de edad cumplida a luchar por un sitio en todo un Real Madrid con algunos de los mejores del mundo. Eso él lo sabe. Es consciente de que, aunque intenta ser natural siempre, debe ser cada vez más profesional y debe estar muy pendiente de algunos detalles importantes en la vida de un futbolista.Todavía
Sin embargo, cuando regresa a Loscos en su cabeza da un 'click'. Sigue yendo a aquel pabellón que le vio crecer y ahí es donde se para a pensar en todo lo conseguido ya. Algo que le llega a emocionar, incluso más aún si piensa en todo lo que tiene por delante a sus 22 años.
Estar con Sergio Ramos, Kross o CR7 no le ha cambiado. "Siempre ha tenido un carácter muy campechano que no ha cambiado", dice Villanueva. Uno de los mejores amigos del reciente campeón de Europa recuerda cómo fichó por el Madrid: "Estábamos de vacaciones por Cantabria y le llamaron, Tuvimos que anular todo y volver con él a Zaragoza".
¿Quién no sueña desde pequeño con ser futbolista, levantar títulos y ganarse la vida con ello? Pues Vallejo en un principio no lo hacía. De hecho, en sus primeros años, entre una pelota y un coche de juguete, el zaragozano escogía el segundo sin dudar.
Pero eso un día cambió. A los seis o siete años le regalaron una cinta VHS -apenas ha llovido desde entonces- de la famosa serie de dibujos animados 'Oliver y Benji'. "Me regalaron un VHS y veía esas acrobacias que hacían y yo quería hacer lo mismo", dice Vallejo.
A sus 22 años, Vallejo ya ha defendido tres escudos. En su estancia en Alemania, con el Eintracht Frankfurt se enfrentó al 'nueve' que más le ha costado defender en toda su vida. Se trata de Robert Lewandowski. Pese a haberse visto sobre el césped en tan solo una ocasión que no duró ni 30 minutos, Vallejo tiene claro que era su peor pesadilla dentro del área.
"Es un delantero diferente. Que a lo mejor sin tanta velocidad, simplemente con su cuerpo podía hacer diabluras. Un jugador al que si le dejas un metro te puede hacer un gol", detalla Jesús. Sin embargo, en aquella ocasión, el central no le dejó ni un centímetro, por lo que el polaco no consiguió ninguna diana. Supo cómo frenarle al delantero del Bayern de Munich. Algo que no pudieron evitar sus compañeros en el partido de vuelta. Vallejo no jugó por una rotura de fibras y Lewandowski hizo un doblete.
No muchos futbolistas compaginan la profesión con el estudio. Son pocos en la élite que pueden conseguir eso y Vallejo es uno de ellos. Jesús, que hizo la selectividad a la vez que se jugaba el ascenso con el Real Zaragoza, se metió al grado de derecho. Pero se dio cuenta que lo que realmente le gustaba y podía compaginar con su profesión era la carrera de ciencias de la actividad física y del deporte.
No obstante, Vallejo confiesa que este año ha descuidado el estudio un poco y no ha podido dedicarle todo el tiempo que considera necesario. Uno de sus objetivos es retomarlo más adelante y poder terminarla en una de las universidades de su ciudad natal, la Universidad de San Jorge.
Además el pasado miércoles, el joven jugador fue homenajeado por la ciudad de Zaragoza y en el Ayuntamiento Jorge Azcón, actual alcalde le entregó la medalla de honor. "Gracias todos, al señor alcalde, a todos los que habéis venido. Me hace mucha ilusión. A mi familia, a mis amigos. Estoy muy emocionado, No me esperaba algo así, os habéis pasado. Estoy muy agradecido a los valores que me inculcaron mis padres y el Real Zaragoza. Me educaron desde pequeño, intento hacer la cosas de la mejor manera posible y estoy encantado con mi tarea", expresó.