El principal mensaje que mandado la plantilla del Real Zaragoza durante las últimas semanas ha estado dirigido a rebajar la euforia que pudiera haber alrededor del equipo aragonés. Una sana intención dirigida a evitar repetir los errores cometidos en temporadas anteriores en las que pese a comenzar bien, pronto se torció la trayectoria de los blanquillos.
Bien lo saben la buena parte de la plantilla del conjunto zaragozano que repite experiencia de la temporada pasada. Entonces, con Imanol Idiakez en el banquillo, el Real Zaragoza inició la campaña de forma notable, con victoria frente al Rayo Majadahonda y empates ante el Reus y la UD Las Palmas. Con el vasco, se tocó techo en un magnífico encuentro en Oviedo, al que se superó por 0-4, alcanzando posiciones de ascenso y disparando las esperanzas de la afición aragonesa.
Tras una primera decepción, en Almería, en el que se acusó al exceso de ambición del equipo, sería el Lugo el encargado de visitar el estadio de La Romareda. Y los gallegos superaron con suficiencia al Real Zaragoza. Un encuentro marcado por el tanto desde medio campo de Carlos Pita y al que se unió el exzaragocista Dongou para poner el 0-2.
Un golpe duro del que el Real Zaragoza sería incapaz de reponerse. A partir de ahí se iniciaría un dramático descenso en el rendimiento del equipo que se llevaría por delante a Imano Idiakez primero y a Lucas Alcaraz después, obligando a Víctor Fernández a tomar las riendas del equipo por tercera vez en su trayectoria para tratar de evitar la amenaza del descenso de categoría.
Precedente que debería servir para tomar las mayores precauciones de cara a un encuentro que, como todos los disputados en LaLiga SmartBank, será de tremenda dificultad para un Real Zaragoza que buscará seguir anclado en zona de ascenso pese a contar con un partido menos que el resto de sus rivales.