Sin noticias del portazo que esperaba Víctor

El Real Zaragoza acudía al Fernando Torres de Fuenlabrada con conocidos problemas en su plantilla. A la ausencia conocida de Raphael Dwamena se sumaban los problemas físicos de diversos futbolistas, lo que obligaba a Víctor Fernández a realizar rotaciones, especialmente en la parcela ofensiva del equipo.

Parecía precisamente que los tres componentes de la ofensiva blanquilla eran el objeto del mensaje enviado por el técnico en la rueda de prensa previa, en la que declaraba “todavía espero que alguno dé un salto, un portazo ya y que se metan, y a ver si el entrenador los quita o no". Declaraciones que, en vista de lo ocurrido, no parecen haber calado en los jugadores.

Álex Blanco, Pombo y Papunashvili tenían la oportunidad de disputar el partido desde el inicio, formando un tridente ofensivo inédito hasta la fecha. En el caso del canterano blanquillo, el encuentro se veía condicionado por el golpe recibido en los primeros minutos, que le provocaba un aparatoso hinchazón en el rosto. Pese a ello, y de vuelta a una posición natural tras partir de delantero centro, forzó el penalti del 1-1. De Blanco poco se supo a lo largo del tiempo, poco menos de 60 minutos, que permaneció sobre el césped. Después de haber servido como revulsivo en diversas ocasiones, partiendo de inicio no apareció en el ataque blanquillo. Algo similar a lo sucedido con Papu, que pareció tener voluntad en el inicio, pero se fue diluyendo hasta quedar en prácticamente nada.

Un problema más para Víctor Fernández, que se añade a los ya relatados. La falta de rendimiento de los menos habituales y que el técnico deberá tratar de recuperar de cara al futuro para que puedan ayudar al equipo en una temporada larga y dura como la que le espera al Real Zaragoza en esta campaña de LaLiga SmartBank.