El 5 de noviembre siempre es un día especial para el zaragocismo. Es el cumpleaños de Mohamed Alí Amar, Nayim para todos, y cuando cumple Nayim muchos aficionados del Real Zaragoza recuerdan el gol del ceutí en la final de la Recopa de Europa. Un golazo impresionante, visto de todos los ángulos... o de casi todos. Porque 24 años después el gol de Nayim sigue siendo el gol de Nayim, el gol más importante del Zaragoza, aunque todavía hay detalles en los que uno no se ha fijado.
Cuando Nayim mira a David Seaman y ve que está adelantado (porque Nayim levanta la cabeza antes de golpear), nadie o casi nadie pensaba que ese disparo desde el centro del campo y pegado a la banda de los banquillos acabaría en gol. Tanto es así que a muchos les cogió de sorpresa. Tanto es así que hubo reacciones de todos los colores, algunas de ellas pasaron inadvertidas ante el primer plano del gol y de Seaman sin poder atajar la pelota de Nayim.
💙 @maanayim, zaragocista de corazón; diseñador de una parábola que admiró al mundo entero y convirtió al #RealZaragoza en Rey de Europa.
¡Muchísimas felicidades! 😊🎂 https://t.co/FJaX74RIiP
— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) November 5, 2019
-El fotógrafo que no se lo esperaba. Para valorar la sorpresa del gol sólo hay que ver a uno de los fotógrafos que estaban trabajando detrás de la portería del Arsenal. Perdió la foto de su vida, la foto del mítico gol del Zaragoza en París. En el momento que fue a dar al botón el balón ya estaba en la red. Luego, cuando salió del schok, se apresuró a fotografiar a Seaman, ya caído en el suelo y lamentando el tanto.
-El niño recogepelotas con las manos en la cabeza. Sería por mera sorpresa, sería porque era seguidor del Arsenal. Lo cierto es que el chaval que estaba tras la portería no pudo contener su estupefacción con el gol de Nayim. Manos a la cabeza al ver que la pelota entraba. Eso sí, lo vio venir porque empezó a levantar las manos antes.
-La alegría en un salto. Aficionado del Zaragoza, o miembro del equipo. De alguna forma tras la portería hubo un salto de alegría y de euforia que lo delataba. Entró la pelota que venía del cielo y la alegría se desató. Salto y celebración.
-Un dedo índice y cara petrificada. Justo entre el niño de las manos a la cabeza y el fotógrafo, otro miembro de seguridad tras la portería solo puede levantar la mano y señalar a la portería. Sin palabras, sin gestos ostensibles, sorpresa ante el gol y casi petrificado.
Pero hay más. Esa carrerita de Víctor Fernández en la celebración dice mucho.
Hay que ver también cómo Miguel Pardeza se agacha cuando Nayim golpea la pelota, como si hubiera una mínima posibilidad de estropear ese golazo o de estar en fuera de juego.
Pero fue gol y vaya gol. Y vaya premio que tuvo. Las fotos de Nayim, las de Seaman lamentándose o las de los jugadores del Zaragoza tirados por el césped. Una noche mágica para el zaragocismo que dejó detalles pocas veces vistos.