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Martí, el resucitador de equipos

Daniel Marzo

Llega el Girona al estadio municipal de La Romareda. Un conjunto, el catalán, que se verá las caras con el Real Zaragoza y que tiene poco que ver con el que evidenciaba una trayectoria irregular desde el inicio de la temporada. Con José Luis Martí en el banquillo, este es otro equipo, más sólido, más eficaz, más peligroso.

Y es que Martí ha parecido entender a la perfección cuáles eran las carencias con las que contaba el Girona y cuáles debían ser las soluciones. Una de las que, en vista de la experiencia reciente, se ha convertido en las grandes virtudes del entrenador, capaz de, rápidamente, mejorar la salud de equipos un tanto moribundos.

Aunque su trayectoria en los banquillos es todavía corta, Martí viene demostrando una notable capacidad para revivir a los equipos que coge. Lo hizo con el Tenerife en 2015, en su primera experiencia. Sustituyó a Raül Agné en la jornada 11, en la que el equipo se situaba en zona de descenso, con apenas 10 puntos. Tras la llegada del balear, dos victorias seguidas y una racha de seis partidos consecutivos sin conocer la derrota. Al final, acabaría tranquilamente en la zona media de la tabla.

Además, la temporada siguiente lucharía por el ascenso después de una magnífica temporada en la que el equipo fue cuarto y sólo el Getafe le separó de LaLiga Santander. La siguiente campaña sería destituido tras 25 partidos, con el equipo en mitad de tabla, lejos de volver a luchar por el ascenso. Quizá por eso parece ahora abocado a convertirse en un especialista en revivir aquellos equipos a los que va, aunque como futbolista fuera uno de esos que permanece durante mucho tiempo en cada destino, de hecho, apenas vistió las camisetas de Mallorca, Tenerife, Sevilla y Real Sociedad.

La pasada campaña se le encomendó la misión de luchar por el ascenso con el RC Deportivo, sustituyendo a Natxo González. Tomó las riendas tras la jornada 32, con el equipo en quinta posición. Tras dos partidos en los que sumó dos derrotas, ganó siete de los once encuentros que le restarían por jugar. Entre ellos en la promoción, frente al Málaga y al Mallorca, aunque el equipo de su vida, el bermellón, lograría remontar y hacerse con un puesto en la máxima categoría.

Ahora, a los mandos del Girona, son apenas cuatro encuentros dirigidos, pero el balance es inmejorable. Tres victorias y un empate que le han servido al conjunto catalán para asomar, por primera vez en la temporada a los puestos de arriba. Lógico para un equipo con el mayor presupuesto de la categoría, pero tan extraño como es la lógica en LaLiga SmartBank.

Martí, antes del inicio del Elche-Dépor (Foto: LaLiga).

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