El Girona puede pagar los platos rotos

Aún escuece en el Real Zaragoza la última derrota en casa ante el Albacete. La crueldad de fútbol se cebó con los locales y no se ha olvidado. La buena respuesta en Vallecas sirvió para aplacar los ánimos del grupo, pero aún hay ganas de revancha y de mitigar el dolor de la afición. Llega el Girona FC como uno de los gallitos de la categoría y todos los mensajes lanzados desde el seno interno blanquillo van en el mismo sentido: ganarles. El triunfo serviría para seguir clasificado en la lucha por el ascenso y para seguir en unos buenos números en la primera vuelta. Hay ganas de triunfo en La Romareda.

Víctor Fernández recupera a Kagawa con respecto al último partido en tierras madrileñas y lo demás sigue igual. Igbekeme vuelve a causar baja y Pombo acumula su segunda citación consecutiva quedándose fuera. El once no diferirá del que ganó al Rayo Vallecano, con la única variante de meter a Clemente por Grippo. Aunque bien es cierto que la defensa pudo sujetar bien a Ulloa y puede hacer lo mismo contra Stuani. La medular se sostendrá con Guti, Eguaras y Ros mientras que Puado se mantendrá como titular junto a Luis Suárez y la novedad japonesa con el ánimo de volver a verle en una versión top.

El Girona, que no pierde desde que el 20 de octubre cayó por 4-2 en Oviedo y que solo ha encajado dos goles en los últimos cinco partidos, afronta la visita a Zaragoza reforzado anímicamente tras conseguir la primera victoria del curso ante un equipo de la parte alta de la clasificación.

La logró el domingo pasado ante el Fuenlabrada, con una nueva exhibición de un Cristhian Stuani que se consagró como el máximo goleador de Segunda con un doblete. Es, sin duda, la mayor amenaza rival. Los catalanes llegan con la baja de Soriano y con un ex como es Marc Gual con ganas de reivindicarse en La Romareda.