Tal día como hoy, 13 de febrero, 26 años atrás, era el FC Barcelona el que tenía el honor de visitar La Romareda. El equipo que había sido unos meses antes campeón de Europa, llegaba al coliseo zaragozano como segundo en la clasificación, a cuatro puntos de un intratable Deportivo de La Coruña tras caer ante el Athletic Club en el Camp Nou. El equipo de Johan Cruyff buscaba la reacción ante el Real Zaragoza de Víctor Fernández, que andaba gestando lo que sería el mayor triunfo de su historia.
Un partido que comenzaba con el saque de honor realizado por Narcís Juliá, al que una lesión había retirado del fútbol recientemente. Sobre el césped, el Real Zaragoza fue un ciclón que se llevó por delante al conjunto catalán, que sin saber muy bien de dónde, veía como la cuenta de goles se incrementaba en su marcador. Anotaron aquel día Cáceres, Gay, Poyet, Higuera y Esnáider en dos ocasiones para un 6-3 que a punto estuvo de convertirse en tragedia cuando una parte de la valla se vino abajo y con ella, una docena de aficionados que por desgracia, cayeron al foso.
Para el Real Zaragoza -que venía de perder en Albacete-, aquel partido supuso un punto de inflexión que disparó al equipo hasta alcanzar la tercera plaza en la liga. Lo fue también para el FC Barcelona, que acabó por ganar aquel campeonato gracias al famoso penalti de Djukic, aunque caería con estrépito en una nueva final de Copa de Europa, en esta ocasión ante el Milán en Atenas (4-0) en lo que sería el principio del fin del Barça de Cruyff.
A buen seguro, aquel será también uno de los más gratos recuerdos que Narcís Juliá guardará del estadio municipal de La Romareda, que puesto en pie, se despidió del jugador que durante tantos años había defendido la zamarra blanquilla.
Ya son siete años en el infierno de la LaLiga SmartBank, pero la afición zaragocista tiene, cada vez, más motivos para creer en su equipo. El Real Zaragoza de Víctor Fernández está realizando una gran temporada y parece que este año puede ser el definitivo.
Además, el futuro del club es bastante esperanzador, sobre todo, por la gran proyección de futbolistas de la cantera. El claro ejemplo es el equipo de Iván Martínez que han conseguido participar en la UEFA Youth League, por primera vez en la historia y han estado cerca de pasar a octavos en esta competición. Quién sabe si algún día, alguno de estos chicos consiguen llegar a la primera plantilla y vivir grandes noches como la de aquel 6-3 de febrero de 1994.