El Real Zaragoza ha tenido una temporada complicada, llena de altibajos y percances que han afectado a la plantilla. Tanto es así, que el club ha tenido que recurrir en dos ocasiones al mercado fuera de plazo en busca de recambios para jugadores lesionados, un infortunio que pareció trasladarse también a los cedidos a otros clubes, caso de Eduardo Mingotes.
Un sorprendente movimiento anunciado meses antes del final de la temporada pasada, muy al estilo de Lalo Arantegui. Así llegó Mingotes a la disciplina del Real Zaragoza, con la salvedad de que el central bilbilitano ya había formado parte de las categorías inferiores del club blanquillo, aunque la última campaña la hiciera con el Ejea, en la categoría de bronce. La misma a la que salió cedido, en un equipo de zona alta como el Cornellá, con el que apenas pudo disputar tres partidos antes de caer lesionado.
Una grave lesión de rodilla que frenó en seco su proyección y que le hizo regresar a Zaragoza a finales de octubre. Desde entonces y tras pasar por quirófano, son los médicos del club aragonés los que han realizado el seguimiento a la evolución del futbolista, cuya recuperación se ha llevado a cabo, desde hace meses, en la Ciudad Deportiva.
Tanto es así que, por momentos, Eduardo Mingotes parece uno más en la dinámica del primer equipo del Real Zaragoza. Si al inicio de su recuperación era habitual verle vestido de calle, ahora ya se le puede ver luciendo los colores del equipo blanquillo, integrado en el día a día del vestuario aragonés. Algo que se deja ver en las muestras de cariño que recibe de sus compañeros o en la presencia en la foto conmemorativa del centenario de partidos de Cristian Álvarez.