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El día que el 'sí, sí, sí, nos vamos a París' resonó en Stamford Bridge

Esnáider, tras un disparo a gol en la ida de las semifinales de La Recopa de 1995 ante el Chelsea
Daniel Marzo

20 de abril. Un día grabado en el imaginario colectivo por cuenta de Celtas Cortos y que se escribe en la historia del Real Zaragoza con letras de oro. En 1994, los de Víctor Fernández alzaban ese día la Copa del Rey cosechada en el Vicente Calderón frente al Celta; un año después, el equipo se jugó el acceso a la final de la Recopa contra el Chelsea en Stamford Bridge.

Aquel era un Chelsea que poco tenía que ver con el actual, bañado por los petrodólares del magnate ruso Abramovich. Sin embargo, era un equipo competitivo, que había conseguido el acceso a la Recopa tras caer en la final del año anterior en la FA Cup ante el Manchester United. Contaban, eso sí, con una plantilla sin grandes nombres en la que destacaba Glen Hoddle, con trayectoria internacional y que afrontaba su segunda experiencia como entrenador-jugador, como ya había hecho anteriormente en el Swindon Town.

Los aragoneses afrontaban el encuentro en Londres con la tranquilidad de haber realizado un partido perfecto en la ida. La Romareda había servido como refugio para el Real Zaragoza que, aislado de lo que sucedía en la grada con los hooligans ingleses, conseguía un resultado impecable, 3-0 con goles de Pardeza y Esnáider en dos ocasiones. Sin embargo, aún tendrían que sufrir los blanquillos en Stamford Bridge.

Media hora le costó al Chelsea anotar el primer gol, por mediación de Furlong, que aprovechaba un mal despeje de Juanmi, arquero titular de los aragoneses aquel día, y cuya actuación fue destacada. No sería hasta el minuto 56 en el que los blanquillos conseguirían la tranquilidad. Aragón rescataba el balón en la frontal y tras dos amagos depositaba con suavidad el balón en el fondo de las mallas de Hitchcock. Un gol suficiente pese a las acometidas de los ingleses, que aún marcaría otros dos goles más por mediación de Sinclair y Stein, aunque no llegarían a inquietar la clasificación del Real Zaragoza para la final.

Una final en la que esperaba el Arsenal, campeón de la edición anterior y que es ya historia del fútbol mundial. Para el recuerdo, el cántico que resonó en los cimientos del estadio londinense desgarrando las gargantas de la afición aragonesa cuando se sabía ya finalista y se visualizaba en El Parque de Los Príncipes, un “sí, sí, sí, nos vamos a París” cuyo eco todavía se escucha en el recuerdo de quienes pudieron vivir el éxtasis en Stamford Bridge.

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