Haris Vuckic era la pieza clave para que Torrecilla pudiera satisfacer esa necesidad de JIM para la banda. Sin embargo, el esloveno no contó con muchas ofertas y se decantó por permanecer en el Real Zaragoza. Aunque sí que estuvo en la agenda de un equipo de la parte alta de LaLiga SmartBank: el Sporting de Gijón, tal y como informa La Voz de Asturias.
Recapitulemos. Los asturianos dejaron marchar al exzaragocista Álvaro Vázquez, con destino al Sabadell, en los primeros días de mercado. Por ello, se vieron en la obligación de acudir al mercado para buscar otro delantero que acrecentará la competencia con Djuka, uno de los máximos goleadores de la categoría.
Una de esas opciones que manejaban en la dirección deportiva del Sporting era la de Vuckic. No obstante, había otras alternativas. Una de ellas era la de Víctor Campuzano, que fue quien finalmente acabó aterrizando en El Molinón. La llegada de Dimata al Espanyol favoreció la salida del perico rumbo a Gijón. Y todo fue como un efecto dominó.
Si el delantero belga no hubiese llegado al Espanyol, probablemente estaríamos hablando de otro efecto dominó en el que el Real Zaragoza hubiera estado involucrado y en el que un extremo habría llegado para ponerse a las órdenes de JIM.
Su llegada fue una apuesta de Lalo Arantegui, que fue quien lo fichó hace un año. Sus números en el Twente no eran malos. De hecho, no empezó del todo mal, siendo el único goleador en la corta pretemporada con Rubén Baraja. A partir de ahí, Vuckic poco más apareció en escena.
Sí fue determinante con su selección, con la que llegó a anotar un hat-trick. Pero con la elástica zaragocista, nada de nada. Sus aportaciones sobre el verde eran escasas y poco a poco fue desapareciendo de los focos. Con la apertura de la ventana invernal de fichajes volvió a salir su nombre a la palestra como una de las salidas obligadas para reforzar al equipo, pero finalmente decidió quedarse y pelear por convencer a JIM y al zaragocismo.